Nos encerraron, como se encierra a los pajaros en jaulas, nos eliminaron de las calles, como a los perros callejeros que ya no existen, y la gente salió a los balcones a aplaudir, y algunos músicos más bien mediocres tocarón para esos vecinos que siempre se quejaron de la música a la que llaman ruido, se cerraron los bares y comercios, y nos metieron el miedo de la enfermedad que produce la muerte, se quitaron de encima un buen puñado de ancianos que según algunos en tiempos anteriores tan sólo eran un gasto, para luego impedirnos los besos y los abrazos que muy pocos se dan en realidad, alejandonos, señalandonos, manipulando los medios en un Estado de Alarma que tan sólo sirvió para demostrar que la sociedad es dócil, un pueblo que no es capaz de conservar la dignidad que supone el dejar de obedecer, como un rebaño de obejas a las cuales domestican con el terror de un lobo que en realidad mata menos que el propio pastor, y además nos obligaron a llevar mascarillas con las que tapar nuestras vidas que poco a poco fuimos perdiendo, el Gran Hermano Mundial que supuso la desconfianza y el cierre de fronteras que jamás sirvieron para protegernos. Todo lo demás quedó a un lado, no se hablaba de otra cosa, tan sólo dejaron que nos alimentasemos en nuestras casas, parecía un mundo planificado en el que se tenía que justificar el simple hecho de estár en la calle, todo ser humano debía responder ante la mirada de sus vecinos convertidos en policías, y precisamente la propia policia era la que demostraba su abuso de poder en unas calles que ya eran sólo suyas, a pesar de que hubo quién debía ir a trabajar igualmente por ser de primera necesidad, no sólo los médicos, sino el personal de limpieza, los repartidores de Amazon, las cajeras del supermercados, mientras el resto se preocupaba de lo mal que lo hacía un gobierno que en realidad no estaba preparado para algo así, no sólo en España, cada gobierno de cada país no supo exactamente lo que tenía que hacer. ¿O sí?, ¿Era realmente una Pandemia?, un virus con el que meses antes de su aparición habian estado haciendo simulacros algunos altos cargos de farmaceuticas junto a Bill Gates, entre otros, un hombre que por lo visto es tan inteligente que es capaz de preveer 5 años antes que esto iba a suceder, un hombre tan brillante que incluso ahora afirma que vendrá una enfermedad que matará a 30 millones de personas en 6 meses, y es la propia fundación de este hombre la que se va a encargar de abastecer al planeta de las vacunas oportunas que tendrán un coste de fabricación mínimo pero en cambio se venderan a los países por una cantidad muy elevada, y sé supone que todo ser humano debe inyectarse dicha vacuna creada por las mismas personas que sabían de antemano que lo que está ocurriendo ocurriría, lo sabian por lo menos 5 años antes de que pasara, ¿hay que creerse que Bill Gates tiene un cerebro tan extraordinario que es capaz de predecir con años de antelación no solo lo que ya ha ocurrido, sino también lo proximo que ocurrirá?, mientras por otro lado te vende las vacunas para que en teoría nadie se contagie. Que casualidad que los mismos que predicen unos hechos que se han hecho reales, los mismos que simulaban una posible pandemia y jugaban con el Covid 19 hace poco más medio año, sean los mismos que saben cómo salvarnos. Si es que en realidad somos tan ingenuos que por el miedo a la muerte y la seguridad de conservar una vida que ya nos robaron hace tiempo somos capaces de confiar en quién tan sólo tiene un objetivo frente al ser humano, porque el dinero ya no les llena, tienen de sobra para 100 vidas, sú único objetivo es el de controlar las vidas en este Gran Hermano Mundial en el cual ya les ofrecimos toda nuestra intimidad con la llegada de los teléfonos inteligentes y las redes sociales, las compras por internet, los chats, las apps y webs en las que aceptamos que se registren nuestros datos, lo único que les falta es lograr mantenernos en esa sumisión controlada en la que tan sólo nos dejen trabajar y consumir, sin tiempo para cuestionarnos sí nuestras vidas merecen la pena o habría que luchar para tener tiempo para nosotros mismos, para tener la oportunidad de trabajar por nuestros sueños e inquietudes en lugar de hacerlo para las de otro. ¿Quién sabe?, tal vez esté todo controlado por ese famoso Nuevo Orden Mundial compuesto por esa élite de la que tanto se habla y tan poco sé sabe, curioso ya es que le llamen a la vida actual «La nueva normalidad«, ¿a qué se refieren?, ¿al hecho de ser cada vez más esclavos y de tener más miedo a lo natural?, si es que además es la propia naturaleza la que nos demuestra que puede existir sin nosotros.
Tal vez quieran un mundo para unos pocos, seguramente sú intención sea reducir la población que cada vez es mayor y en cambio el espacio es el mismo, o incluso inferior, ya que el mar se empieza a rebelar y nos quita pedazos de tierra por nuestra propia inconsciencia, esos océanos que estamos llenando de basura…
En fín, ahora nos amenazan con los rebrotes y nos culpamos a nosotros mismos por llevar una vida mínimamente normal. ¿Quién está seguro ahí afuera según lo que nos cuentan?, si ni siquiera se sabe a ciencia cierta cómo se propaga el virus, lo que sabemos es que es un problema de la humanidad, y no un problema del mundo animal ni la naturaleza.
Posiblemente sigamos adelante con menos libertad y más miedo, posiblemente nos inyecten lo que les plazca con algún fin controlador. Ya nos han quitado hasta las emociones, porque se sabe que hay millones de personas medicadas por sentir tristeza, o eufória, o inquietud, ansiedad, y llaman ilusos a los soñadores como si esa realidad que nos dejan fuera la único posible, han preferido un mundo distópico a un mundo utópico, pero eso sí, sonrie, debajo de la mascara pero sonríe, y no se te ocurra poner en entredicho a quienes bajo el manto de la ciencia vendrán a protegernos, porque una cosa es clara, la ciencia ha hecho y hace mucho más por la vida que lo qué nunca hizo la religión, pero cuidado, ellos saben que es un mundo que confía a ciegas en la ciencia, es por ello que habrá cientificos y médicos en los cuales se podrá confiar, y otros tantos en los que no les deberiamos entregar nuestras emociones, nuestros sentidos, a base de pastillas que controlan tú ser.
No es tan complejo de entender, hace tiempo todo el mundo confiaba en el cura para confesar sus pecadillos, y con una receta a modo de oración solucionaban sus conciencias, ahora esa lavor la hacen los psicólogos y los psiquiatras, y a base de recetas que alteran tus estados naturales controlan tú conciencia y te hacen creer que uno jamás debe estár triste, por ejemplo, siendo preferible quitarte toda alteración extrema y dejarte en un estado plano en el que ya ni siquiera tienes el consuelo de poder llorar, ni el subidón de la eufória que sé siente cuando en la vida vives y vibras por algo extraordinario, eso ya lo han conseguido, pero… quieren más.
Simplemente el planeta no da más de sí y, el espacio exterior no nos da ninguna garantía ni a largo plazo, por eso quienes más tienen quieren más espacio, quieren que la tierra sea habitada por unos pocos, ya están tardando en prohibir tener más de un hijo, de hecho se sabe que el padre de Bill Gates, e incluso sú propia fundación, han estado trabajando para lograr esterilizar a los humanos, han hecho cientos o miles de pruebas, quién nos dice que por medio de alguna de las vacunas no consigan ese objetivo, planteandolo como posibles efectos secundarios. No les interesa que se siga procreando, tan sólo quieren construir el mañana en el que sus hijos puedan disfrutar de lo único que en realidad nos hace humanos, la libertad, las emociones, el amor, no hay espacio para todos, así que ya están planificando quién vive y quién no, todavía tardará un tiempo en manifestarse la verdadera intención, seguiremos produciendo y consumiendo, viviremos la distopía que hemos generado, pero tan sólo unos pocos sabrán que la verdad no es más qué una palabra que ha sido manipulada en millones de ocasiones, de hecho la verdad sé construye, como la suerte sé busca, como la vida se pierde, como aquél año en el que nos encerraron, y todo comenzó de nuevo para una humanidad la cual sólo reacciona ante el miedo. Dudo que haya más que se pueda hacer, bueno, hay algo que sí que podemos hacer, lograr no perder la poca libertad que nos queda, luchar por las causas que merecen la pena, cuidar a quién menos tiene, y no ser insensibles al sufrimiento de otros. Aún así, seguimos adelante en nuestros caminos paralelos, tal vez algún día merezcamos esa libertad que hemos perdido, tal vez a alguno le de tiempo a darse cuenta de que el tiempo es de uno, y las prisas del mundo. Quién sabe… tal vez finalmente alguno encuentre el sentido que tiene vivir con todas tus fuerzas y emociones, con todas las libertades, podría ser, tal vez sí, quién sabe…