Violencia, tan solo en un mundo frustrado y desequilibrado cabe que tras un simple partido de fútbol se desate la violencia entre aficiones. ¿Es acaso el futbol una cañería por donde se vierte toda la mierda que lleva cada uno en su interior?, será que el mundo anda tan perdido que la única forma de arreglarlo sea dándonos de hostias unos con otros con la excusa de la rivalidad entre aficiones de un partido de fútbol. Cuanto menos es triste, triste ver como destrozan las calles y se destrozan a si mismos por la eufória que les provoca un simple partido en el que uno debiera de ir a disfrutar y pasarselo bien, bien sea con la victoria como con la derrota. Pero claro, olvidamos que el fútbol de nuestros días sustituye al antiguo circo romano, donde los gladiadores se jugaban la vida y corría la sangre a borbotones, y el pueblo disfrutaba de semejante espectaculo dantesco y cruel, por ello, imagino que al puebio de hoy se le queda corto el simple juego de meter la pelota en la red, y al igual que antaño, necesite de la sangre para saciar su sed de violencia que tanta adrenalina les debe proporcionar.
Yo de verdad que no lo entiendo, no entiendo que hay de emocionante en destruir la ciudad y en romperse la cara con palos unos a otros, me resulta, aparte de una manera de sacar afuera la basura, a su vez, me parece una forma más que ridícula de desatar las pasiones. Imagino que ellos pensarán que sin esa violencia que descargan el fútbol no merecería la pena, pues ver jugar a unos millonarios tras una pelota no resulte para nada desahogante en sus vidas.
En cualquier caso, si que creo que llegará un momento, en el futuro, en el que se invente algún tipo de programa de televisión o algún evento en el que al igual que en la película «Los Juegos del Hambre» el espectador pueda saciar su sed de violencia intrínseca y pueda desacerse de todas sus frustraciones en unas horas, y que gente perdida que quiera ganar dinero y no tenga mucho que perder en la vida se ofrezca a participar en esos juegos, jugandose la vida por ello.
Sin duda la violencia alimenta a algunos seres, demasiados, al contrario que a los artistas, que si bien también tenemos nuestras frustraciones, éstas las convertimos en algo bello, o en algo con lo que reflexionar, las convertimos en algo más espiritual y, a su vez en realidad más util que la simple destrucción. Construimos.
Así que no me extraña esa violencia en gente vacía, aunque los habemos que no participamos de las mierdas que pueda tener un grupo de seres humanos que se olvidan del respeto hacia el otro y hacia el entorno.
Por mi parte toda la repugnancia que me producen seres que por un simple parido de fútbol son capaces de matar a un ser humano sin miramiemtos, psicopatas en potencia encerrados en un estadio.
Al contrario que mi amuna, mi abuela, que es forofa de la Real Sociedad de toda la vida, y aún con 87 años, va al campo ilusionada, haga frío, calor, llueva o nieve, y vive el partido con toda su pasión, con una pasión sana y un respeto hacia el juego y hacia las personas, con todo el sentido común del mundo, sin verter mierda hacia los demás, y mucho menos ejerciendo ningún tipo de violencia contra nada ni nade, una forofa sana, como es ella, con sus valores y sus convicciones, pero sin aplastar al rival, que está claro que en una vida de 87 años da para haberse encontrado con amigos y enemigos, pero por favor, masacrarse unos a otros por un simple juego.
Claro está que hay algo más allá, esa violencia innata en el ser humano, esa que hace que medio mundo esté en guerra, esa que invade países, que quita libertades y derechos, esa con la que tanto negocio hacen a traves de las guerras, de la violencia. Y muchos borregos que ni se dan cuenta de que están siendo manipulados por aquellos que hacen negocio de todo el horror.
En fin, ni merece la pena escribir mucho más sobre lo acontecido hoy en Donostia tras un partido entre la Real Sociedad y el Benfica. Allá cada uno con sus mierdas, pero eso sí, respeta a quien no participe de tus frustraciones.
Total, la realidad del mundo es que siempre fue algo parecido, la historia está marcada por la violencia.
Darle duro entonces, ¡destrozaos!.