Estoy bien, ya iba siendo hora de recuperar mi destino. Aquí, lejos de los rumores baratos y de las miradas inapropiadas. Lejos de quienes con su silencio imaginaron mil mentiras basadas en un poquito de verdad. Ya casi ni recuerdo el dolor ni las feroces sombras de un suceso que se debió mal interpretar, por lo visto. Y es que estando tan lejos de todos ellos no invade la absurda búsqueda de lo que escondían con tanta mala educación. Por fin recupero mi rumbo y puedo recomenzar una vez más, una vez más. Y a pesar de estar muy cerca del sol y de que a mi no me agrade, si que he encontrado el equilibrio que tantas veces perdí. Es cierto que echo en falta un buen txaparrón, una buena tormenta en la que llueva a raudales que convierta el horizonte en un muro de agua brava. Echo en falta los días tristes en los que las nubes oscurecen el cielo y pareciera que la tristeza se convirtiera en aliada para escribir, pero a cambio tengo la mejor de las compañías, y sigo teniendo el tiempo de lado para crear hasta saciar mi inquietud.
Por eso estoy bien, porque por fin encontré a quién amar de verdad, y a su vez sin perder la libertad de alguien como yo, ya que siempre fui un tanto bohemio y me escondí en el silencio de la noche para explorarme y buscar el arte que tanto necesito expresar.
Hace una noche de fuerte viento, y puedo escuchar los golpes en lo que parece ser algun tejado que se mueve. Un viento compañero que hace que recuerde mi tierra, esa que sin duda amo y de la cual lejos estoy. Tal vez tenía que ser así, tal vez debía viajar hasta el Sur para darme cuenta de que he sufrido mucho por injustas valoraciones ajenas, y que no debo darle importancia a los chascarrillos y cesar la búsqueda de aquello que no recuerdo para lograr estar bien conmigo mismo. Tal vez debía tomar distancia, no estar expuesto a diario ante tanta gente que me conocía más por un rumor que por la música. Si bien por la música he sido también conocido. Pero aquí, en este lugar del viento donde los dolores han desaparecido, me reafirmo en mi virtud y puedo pensar con tranquilidad. A su vez puedo entender ciertas conductas y puedo llegar a perdonar incluso lo imperdonabe. Me lo debo a mi mismo. Ya no hay ningún temblor que pueda derribarme, ni palabras que se me acumulen en la cabeza, ni ruidos del mundo que me estresen. Tan solo ellos 2 y yo, y mi serenidad en el recién montado estudio que estoy seguro tanta vida me va a proporcionar.
Por eso estoy bien. Por eso hoy sé que cada paso que dí, cada aciero y cada error, me llevaron hasta este rincón del sol en el que apenas conozco a nadie y en el que nadie puede recordarme lo sufrido. Es cierto que han habido momentos en los que la rabia y el odio se han apoderado de mí. Por eso creé al personaje de la música urbana, para soltar lastre y devolver en forma de arte el dolor y el sufrimiento, y también el amor. Así que ya podéis cesar de meter el dedo en la yaga, pues resucité varias veces, y estoy seguro de que esta última es la definitiva. Tan solo la salud podrá volver a destruirme. Que no sería de extrañar dados algunos hábitos, tanto alimenticios como de otro tipo. Pero confío, confío en que la vida, ella que me ha regalado este descanso, sabrá guardarme durante un tiempo sin escándalos ni malos rollos y pensamientos feroces.
Me encuemtro pleno y en paz. Estoy recuperandome a mi mismo y entiendo que no fue fácil llegar hasta mi monstruo interior. Y que él se ha transformado en vida y aliento para poder amar libremente, y tras sacudirme los errores y las injusticias lograr crear. ¿Que más puedo pedir si tan solo buscaba la paz?, deseo concedido.
A pesar de que la humanidad se esté destruyendo a si misma, yo he encontrado la paz interior y la manera de construir. No ha sido un camino fácil, quien diga lo contrario no probó mis zapatos. Para ser sincero, no hay mucha gente a la que agradecer nada, ya dejé en el texto del último recopilatorio toda mi gratitud, incluso para quién para nada la merecía, pero son esos pensamientos nobles los que en parte me definen, si bien ya están todos pagados. Así que tan solo queda la familia y el amor. Ella, su cachorro y la música. También la escritura que practico en este blog. El resto no me hace falta para nada, ya no voy mendigado cariño ni atención. Logré encontrarme tras duras batallas en las que la mayoría de las veces perdí, pero la victoria del hoy puede con todas y cada una de las derrotas en las que tan solo estaba solo. Alguna amistad queda. Y hoy, solo y acompañado, me encuentro bien. Libre y a su vez capaz.
Por delante lo que yo sea capaz de construir, que para destruir ya están otros. Así que estoy bien. Estoy donde debo y con quién quiero estar. Alejado de marujeos y chismes insoportables, y de palabras hirientes y personas que no supieron ver. No guardo ya rencor, tampoco arrepentimiento. En mi consciencia puedo verme desde fuera y decirme que en realidad no lo he hecho tan mal. Si que he sufrido de más y he perdido mucho tiempo en la batalla, pero espero me quede para una última etapa en un dulce camino hacia la extinción. Y ya finalmente desaparecer derrapando y con la mirada fija en lo autentico.
He caminado descalzo entre cristales, he caminado desnudo entre lobos. he caminado abatido entre sombras, he sufrido demasiado, pero ya llegó la hora de dejar de buscar donde solo hay silencio secreto, y precisamente encontrar en el silencio de esta noche el amor y la vida que realmente aporta. Al resto que les den congelados abrazos y falsas miradas con las que tal vez algún día logren escapar de su propia miserabilidad. Cada uno ya sabe, como yo se hoy que encontré.
Por lo tanto nada más querido lector, espero consigas la fe suficiente para lograr morir en paz y contigo. El resto es solo ruido ambiental y mala educación. Ha sido un camino convulso en la búsqueda de un destino en la batalla. Cruel y hermosa a partes iguales. Nada más…
Paz, amor y arte…
Estoy bien.