Con ellas creé armonías divinas y endiabladas en tiempos que así lo pedían. Por ellas cambié y modifique notas, acordes y estructuras, así como a mi mismo.
Por ellas arriesgué momentos de paz por alguna guerra, y también días de apatía por años de compartir el deseo, la vivencia y la amistad envueltos en sonoros instantes de dulce verdad. Sin ellas algunas frases nunca existirían. Ni tampoco algunos nombres. Y aunque llevo tiempo en mi solitaria «masculinidad»…tal vez por haber amado tanto, o no, se perfectamente que ella es fuente de inspiración y, creo que para con mi música (salvo algunas excepciones), han demostrado ser más…no se si valientes es la palabra, pero si seguro más sentidas. Siempre las trate con ternura y respeto aun en medio de batallas que el tiempo logro curar. Y como me han enviado está foto que me inspira, me sentía en el «deber» de compartirlo con quien aprecia lo que hago.
P.D.
Hablo de ellas en plural pero para mi cada una de ellas siempre fueron singulares.
Bakarka (Soledades encontradas) – Tema 6 del álbum «Las huellas de un nuevo comienzo»