BUSCADA PERO HIRIENTE

Una vez más, se me demuestra que palabras como las de la gran Chavela Vargas, y las de otros muchos de su mismo pero distinto nivel, son totalmente ciertas. Y la frase decía…

«A la gente no les gustan las personas libres, me di cuenta en seguida que el precio por mi libertad sería la soledad».

Esas palabras está llenas tanto de sabiduría, como de verdad, experiencia y también dolor. Como a ella, a tantos otros les visitó continuadamente la soledad en sus vídas. Muchos de ellos se suicidaron, como son acotores de la talla de Robin Williams o Heth Ledger, o Philip Sheymour Hoffman entre otros muchos. Otros murieron de sobredosis producida por las drogas que tomaban para mitigar precisamente esa soledad que sentian a pesar de haber conseguido el exito. Claros casos son los de Curt Cobain, Michael Jackson, Whitney Houston o Amy Whinehouse. En el caso de Amy me provocó una terrible pena, ya no por su musica, que sinceramente no seguía demasiado más allá de alguna canción de su álbum Back to Black, pero si por ir viendola en la caída, como iba muriendo de tristeza que transformaba en borrachera en cada uno de sus conciertos. Sinceramente, el día que murió Amy yo estaba pasando por una mala racha y, lo cierto es que al enterarme de su muerte me dio por llorar, en un destello de empatía y mimetismo a distancia debido a que aún si yo ser nadie, me veía un poco reflejado en la soledad y decadencia que llevaba consigo Winehouse, la cual le llevó hasta la muerte. En ése momento lo que hice fue llorar, lloré por ella, pero también por mí. Después de soltar lagrimas me bajé al bar más cercano y pedí dos chupitos de Whisky que sabía a ella le gustaba, y a mi también. Mientras bebía levante en mi absoluta soledad el brazo a modo de brindis e imaginé la cara de Amy frente a mí. Al de un rato, y ya desahogado y saciado de alcohol, me fui de regreso a casa sin que nadie en el mundo supiera que esa noche me había sentido el hombre más desdichado de todo el planeta, al igual, de eso estoy seguro, que éstos artistas nombrados se habían sentido alguna vez. Esa soledad aguda y punzante que hiere por dentro.

Soy de los que piensa que no es necesario tener  exito en la vída y a la vez estar solo para llegar a sentir esa soledad, ese desarraigo  que te da el tener una constante inquietud artistica en la que te dejas la vida todos los días. El arte repercute en todo tu ser y en todas tus decisiones y direciones que tomas, las cuales te han llevado ha ése justo momento en el que sientes que no hay nadie en este ni otros planetas que pueda acompañarte en los días que en parte estás tan necesitado.

Las amistades dejan de acordarse de tí solo porque tú dejaste de visitar los lugares de encuentro que tanto quisiste pero que a la vez por extrañas sensaciones veías que no era tu lugar, o que por alguna razón de costumbres, sin nadie provocarlo, no te dejaban avanzar en tu búsqueda continua de  paz y libertad.

El caso es que al final, tras un periodo de tiempo acabas solo. Y en parte es una soledad buscada, que no merecida, pero sientes una inmensa extrañeza para con el mundo.

La soledad la puede sentir hasta el más analfabeto, no entiende de intelectualidades ni tampoco de verdades o mentiras. Pero si es cierto que hay una soledad que es la que acompaña amenudo al artista, la cual parece ser una especie de condena casi necesaria para que el creador coja su punto más elevado. Sé de buenos artistas que no les sucede esto y son padres de familia y se reunen casi a diario con sus amigos pero…yo jamás encontre el arte sumido en el ruido ambiental de un festejo o de 5 cervezas bien tomadas en compañia.

Os aseguro que no intento ir de creador atormentado e incomprendido ni nada por el estilo, no es algo que se pueda ni se deba buscar. Es algo que va con uno y que como decía al principio con las palabras de Chavela, es el precio a pagar por andar buscando siempre la libertad entre los pasillos de la vida. Si ha esto le sumamos el hecho de que uno es brutalmente honesto, y de que por ello choca con caracteres del tipo frivolo o por lo menos no interesados en cuestiones más elevadas que las de un partido de futbol o una partida de cartas, siendo ésto totalmente aceptable, pues  el resultado te lleva quieras o no a la soledad.

Dicho ésto, lo que en realidad quería decir es que otra vez me encuentro en ese punto en el que parecen haberse olvidado de uno, o por lo menos nadie necesita de mi compañia o mi virtud para nada, que cierto es que llegados a unas edades las compañias se reducen a un coincidir por aquí o por allá, lejos de llamar o que alguien te llame para tomar algo.

He pasado muchas veces por ésta situación solitaria, pero en ninguna de las otras veces he sentido que esta vez la soledad era definitiva y que pensaba quedarse a vivir por mucho sino todo lo que me queda de vida. Y eso que he tenido momemtos muy duros y de habeme llevado buenas decepciones y hostias a corazón abierto en mi camino.

El caso es que aquí estamos de nuevo, mi arte y yo profundamente solos y sin nadie que tan siquiera piense si nos va bien o no, siendo las publicaciones en el facebook el único indicativo de mi estado, el cual a veces comparto y otras muchas veces no.

Pero una vez asumida tu terrible pero a la vez buscada soledad, tengo que reconocer, y como ya me sucedió otras veces, que por motivos de fuerza interior me encuentro en un estado creativo descomunal, de esos que no tenía hacía tiempo, y que en contraste con mis pasajeros bajonazos producidos por la falta de compañia a la vez que por no setirme reconocido en mis esfuerzos tanto creativos como de promoción musical, siento que en cuanto tenga reparado el ordenador, teniendo todos los instrumentos a punto, va ha comenzar una racha creativa que estoy seguro va a dar grandes frutos para un proximo álbum y por que no futuro directo.

Es esta manía que tiene el arte y la inspiración de aparecerse justo cuado uno está totalmente vencido, desamparado, y falto de cualquier tipo de contacto social o cariño. Es esa manía que tiene de recompensarme cuando parece que lo has perdido casi todo. En ese momento en el que te ves envejecer y caer en la espantosa certeza de que te vas quedando atras en cuanto a la vida actual, que siempre parece ir hacia un tiempo posterior a uno y que en realidad camina hacia la juventud que ya se te ha pasado. Tengo 42 años, y aunque se supone me queda mucho por vivir y aprender, te aseguro que a esta edad no te engañan con promesas ni te satisface cualquier alpiste. A esta edad te das cuenta de que las posibilidades de cambio hacia un presente mejor son cada vez más escasas, y si es como en mi caso que éstas eternamemte en el camino de la soltería y uno es fiel a las decisiones tomadas, ten seguro que es más ridicula la crencia de poder llegar a conseguir algo de reconocimiento por una pasíon que me guía desde hace más de 20 años. Por supuesto que cada vez que vuelvo a sentir la creación sincera me vuelvo a enamorar profundamente de lo que estoy haciendo y siento que alguien más en éste mundo pueda llegar a amar éso que estoy creando de la misma forma que en ese momento la amo yo. Supongo que es como tener una niña y esperar que algún día alguien la llegue ha amar de una forma apasionada y sincera y,  así ella, en mi caso la música y algunas de mis palabras, llegue a sentirse felíz, satisfecha y correspondida en la vida.

En cualquier caso reconozco que esta hiriente soledad me está dotando de un caracter y un resucitar artistico como hacía tiempo que no tenía. En parte es debído a que en mi cabeza no están esos tercos y cansinos ruidos continuos del colectivo que tanto me frustran y tanto entorpecen mi caminar. Sin duda es importante tener paz para poder crear con libertad, por lo menos en mi caso es así. Claro que he compuesto en momentos dolorosos, pero más bien la creación viene depués del dolor padecido. Viene como recompensa y deshago merecido tras un tiempo pesimo en todos los aspectos.

El arte viene ha abrazarte cuando el corazón ha sufrido. La mente viene a torturarte cuando has perdido el corazón, y en consecuencia pierdes también el arte.

Pero es una manía constante la de éste corazón que tiende a irse de un lado para otro, y la mente solo intenta sin lograrlo que ambos estén en armonía, pero el corazón es muy alocadamente pasional y no deja de cagarla, en cambio la mente es terrible y enloquecidamente cuerda e intenta controlar lo que no se puede.

Una cosa es clara, cuando el corazón está por fín calmado en su busqueda, es cuando la mente empieza a producir de forma eficaz, y ocurre exactamente lo mismo en el caso contrario. Cuando la mente está por fin estabilizada en la calma, es cuando el corazón aflora y la armonía llega a tu ser.

Así que, después de todo, debo aprovechar la parte buena que tiene todo ésto de sufrir y de sentir los golpes, y ésta terrible aunque en parte buscada soledad. Debo convertir en arte mi dolencia, mi manera de querer, mis alegrías, mis manías, mis fracasos, mis conquistas, mis defectos, mis ausencias, mis heridas, mis locuras, mi cobardía y mi valentia, mis pasiones, mis temores, mis sensaciones, mi torpeza y mi inquietud, mi ser para de esa forma expulsar todo lo que en todo éste tiempo se quedó ahí dentro, lo cual estuvo impidiendome fluir tanto en la vida como en el arte. Y es ahora cuando estoy sintiendo que es el momento idoneo para ello.

Sin más historias, y a falta del ordenador que está arreglando, he grabado con el movil ésta pequeña improvisación con los Pads que trae incluidos el Teclado, los cuales al configurarlos con un sonido de Piano me han dado pie para simplemente jugar un poco con ellos y con la música. No es gran cosa, solo un jugueteo que da fe de mí tranquilidad y mi busqueda.

Para más adelante dejo algunas ideas que vengo almacenando en el disco duro interior propio.

Seol Hades – Sonata in desfas menor

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