CADUCADA

Siempre falle cuando desconfiaron de mi. Siempre soñé cuando quise, eso si. Nunca olvide lo que conlleva vivir…no va conmigo fingir.

Te veo y me ves, eso es todo. Y no vale de cualquier modo. Cuando me sobran palabras las suelto y cuando me faltan…cuando me faltan suena la música. Eso es todo. Ni mas ni menos. La noche, la música, la palabra y…algo de fe en la vida. Por otro lado, también se reír.

No mires atrás, pues ya nos hemos abandonado. Tal vez mira a los lados y puede que logres ver los dados que han hecho que lo nuestro, la amistad, el cariño, la complicidad, se pudra por todos los costados. Y si me ves indignado, sabes de sobra los hechos que me han impulsado.  Que visto lo visto, y sufrido lo sufrido, francamente, es razonable el olvido.

Pues no mereció la pena ser contigo todos estos años de empatía, de leal compañia. Y en honor a la verdad, tal vez reconozcas que algo más ya merecía.

Pero son cosas que ya sabes, así que en ésta feria de vanidades, haz como aquel día, y si me ves, como aquella vez,  para ti no existo otra vez.

Algunos paladares no saben más que de sus propias realidades. Son ejemplares egoístas que se sirven en buena copa y se creen  las mentiras de su boca debido a la masoca manera que tienen de tratar a quién les ama.

Yo ya me cambio de rama y con el mínimo aliento dejo que sople el viento que te lleva hacía otros encuentros.

Se sabe que no se tiene cuando te hace falta alguien en quien confiar. Y así es como supongo lo sabrás.

Ese día, notarás tu caducada sensación de humildad, cuando un nuevo aire sople allí, en aquel portal, y comiences de golpe a despertar de tu sueño alado de quién se creé mejor que éste ruiseñor conocido por su labor.

Y sí, está claro, efectivamente… es un adiós.

Sin comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *