Se desplomó. «La gran muralla» se desplomó. Nadie salió en su defensa después de habernos alimentado y de habernos dado un techo durante más de 12 años. Ni un solo miembro plantó cara a la postura infantil de alguno promovida por asuntos de faldas que fueron la excusa para abandonarlo todo. Ni uno solo barajó la posibilidad de cumplir con un último pase en el cual podríamos haber filmado y grabado en directo todo lo trabajado durante esos 12 largos años.
Con el tiempo se sabe que uno lo dio todo por y para ella, habiendo sido juzgado de egoísta por avanzar en las creaciones a un paso más ágil que en lo que a interpretación se trataba. Alguien llegó a decirme que mi trabajo era muy sencillo y que cualquiera podría hacerlo. Estamos hablando de obras para más de 50 interpretes con un sentido musical y estético a la vez que con su emoción y su capacidad de conmover o agitar al público. Había también que tener un criterio. Estamos hablando de partituras de multitud de instrumentos acústicos y eléctricos. Para que os hagáis una idea, muchas de ellas eran imposibles de imprimir en folios A4 debido a la altura que llegaban a tener los pentagramas debido a la cantidad de instrumentos utilizados.
No solo aprovecharon aquel lio de faldas, sino que a la vez decidieron que el ultimo espectáculo fuera el de el homenaje a un buen hombre que fue tenor solista en muchos directos y que por desgracia falleció, haciendo por nuestra parte un concierto en su honor y en su pueblo.
Ahí decidieron que fuera la ultima representación de esta música en vivo. Además esa decisión tenía connotaciones morales, ya que daban a entender que debía terminar en ese homenaje debido a que en contraposición con para algunos mi ser, éste era una buena persona, papel y fama que tan hipócritamente jugaba el que fuera el encargado de dirigir, que por cierto llevábamos claqueta por cascos y esa función solo servía para el coro, y no por ello tuviera que coger tanto protagonismo con ese ego emascarado de humanista que para mí, no para otros, caracterizaba al esmerado director, el cual copaba todo el centro del escenario con chulería, siendo lo más correcto que se pusiera cercano al coro en un gesto de humildad, ya que eran los únicos que realmente necesitaban de esa función.
A la vez, los propios miembros del grupo tacharon de mentira el espectáculo por el hecho de llevar algunas cosas disparadas por motivos de empaste, ya que haría falta un mayor numero de músicos en la orquesta de cuerda para conseguir el grosor y la amplitud conseguida en la grabación del disco que tanto costo pero que tanto nos dio. Es decir, que más de sesenta personas, a veces cercanos a los 100, interpretaran esa música en vivo no les resultaba suficientemente orgánico y verdadero por llevar un refuerzo de cuerda pre-grabado y disparado. La verdad es que todos estábamos cansados del asunto, y fue un lío de faldas la excusa perfecta para decidir por consenso general que se abandonaba el barco.
Siempre me jodió esa moralina de algunos tanto en lo musical como en lo personal. Siendo sincero, yo mismo estaba hacía tiempo cansado de todo ese tinglado que me resultaba agotador, ya no solo en lo creativo y en la creación de las partituras, sino que también en el tener que aguantar a casi 100 personas, con sus ojos, sus bocas y sus cabecitas dando vueltas al rededor de uno llegando a causarme cierta enfermedad la cual hoy tengo bastante controlada. Fueron tensos momentos aquellos, aunque sin duda ninguno de ellos podrá decir que hizo algo más grande en cuanto a lo musical en su vida.
Claro que cometí errores, todos nosotros los cometimos, pero la razón de aquel abandono no fueron los asuntos de faldas y la doble moral, sino que buena parte de la razón por la cual todo se fue a la mierda tiene mucho que ver con los aspavientos que habían llegado a tener más de dos, y ésto les dotó del poder suficiente como para destrozarlo todo con la excusa de estar cansados de luchar contra corriente. Cierto es que fue duro el combate, pero también como he dicho al principio nos alimentaba y nos daba un techo.
¿O es que hubo alguna otra manera de obtener ingresos?.
Claro quedó que buena parte de la culpa por el malestar general era causado por mí persona, habiéndose muchos de ellos dado cuenta con el tiempo del esfuerzo y el talento puesto en aquel barco. Además, la enfermedad les sirvió para trasladarme del estatus de genio a el de loco, perdiendo por ello toda credibilidad. Lo que disfrutó alguno en mis malos días. Lo que disfrutó alguno con mis dolencias tanto amorosas como de salud. Claro quedó que la envidia, como me reconoció alguno en algún momento de espontanea sinceridad, recorrió aquel lugar de cabo a rabo, habiéndola sufrido y no asimilado en multitud de ocasiones.
Una cosa es clara, porque a pesar de yo mismo haber rectificado muchos de los defectos que podía tener mi persona, aún así hoy en día resulto ser una persona que aunque agradablemente amable, también controvertida que no pasa fácilmente desapercibida , pero que a la vez pocas personas conocen y mucho menos reconocen. Por supuesto hay quien me aprecia más allá de cuestiones musicales. Y como creador también.
«La gran muralla» se quebró por la ineficacia en la ejecución durante tantos y tantos años en los que cierto es que progresamos muchísimo, llegando a tener un nivel bueno para aquel ultimo año de conciertos., pero que minaron las ilusiones y nos cansaron de lo misno una y otra vez. De ésta forma, la música, mí música, nos condujo la vida desde 1998 hasta 2011. Sin duda no es moco de pavo.
A pesar de todo, resultamos ser como un puñado de hermanos con los cuales con unos te llevas mejor que con otros, pero es seguro que de haber sido otro el creador de la música, todavía hoy en día se seguiría interpretando. Mal de muchos fue que fuera aquel chico heavytron y rebelde el responsable de tan ambiciosa y hermosa música.
De hecho una vez en la era digital y en la que ya existían plataformas como Youtube, ninguno de ellos se molesto en subir ni un solo fragmento de ésa mí música, teniendo que ser yo a partir de 2012 el que se encargara de esa tarea, llegando a pagar incluso a la ETB (Televisión Vasca) por una copia de uno de los primeros conciertos filmado en el Guggenheim para que éste existiera para el nuevo público virtual de hoy en día.
De sobra sobemos que es lo que cada cual aportó o dejó de aportar. Hoy cada uno vive de lo suyo, como ya empezaron ha hacer en aquel tiempo en el que más de uno se puso a ganar dinero trabajando mientras yo me dedicaba solo y exclusivamente, y sin ganar un euro más que nadie por ello, al grupo y sus necesidades musicales y musicobrurocraticas. ¡Sí!, cierto es que ganaba algunos derechos de autor, y por ello me tacharon de estar forrandome, cuando la realidad era y es que he ganado mucho más dinero fregando suelos que con mí música en todo este tiempo.
En fin que como digo, los motivos por los cuales el barco se hundió fueron muy distintos de los que se intentaron dar como causantes.
Ninguno lo echamos de menos, pues fueron muchos años de mucha carga para todos. Para unos más que para otros. Había quien nunca se mojaba en nada y hoy en día presume de realizar tareas musicales para otros.
«La gran muralla» se desplomó corroida por envidias y malos rollos de los cuales se supone que yo era responsable. Si aquellas paredes hablaran dirían cuanta soledad tuve que soportar para lograr demostrarles, o más bien mostrarles cual era la verdadera cara de esa música que sorprendió hasta a sus propios intérpretes.
Ahora no sirve de nada escribir todo esto, pero siempre me he comportado como un caballero cuando me han preguntado por aquello, nunca dije una mala palabra referente a aquel proyecto ni a los que lo completabamos, ni cuando me tiraban de la lengua algunos con intención de sonsacar algo de información. Ni cuando otros me reconocían como el máximo responsable de haber logrado un cambio hacía una mayor profesionalización a la vez que dotado de una voz propia al grupo. Siempre respondí con clase e incluso en ocasiones me eche encima culpas por no manchar a nadie,. Cosas de las que ni siquiera aquí he hablado. Cosas que las sabe cada uno.
De todas formas…algún día tenía que acabar. Imaginaros los conflictos que hay en grupos de 4 o 5 personas como para no haberlos en un grupo de 23 personas más los músicos que contratabamos. Bastante duró el asunto. Cierto es también que la tónica del grupo hasta la fecha era la de abandonarlo habiendo llegado a cierta edad, y fue en cambio esa música la cual posibilitó que con más edad siguiéramos en un proyecto que funciono durante más de 12 años. Por supuesto como fanfarre funciono desde el año 1973.
Cada cual que levante su bandera y ahora ya que aguante su palo, pero aquello nos hizo unirnos en un bien común en el que si uno caía debían caer todos.
De algo sirve mirar las cosas con tiempo, ya que es seguro que más de uno ya no opina igual sobre mi persona hoy en día. En realidad casi todo quedó claro para la imposibilidad y la certeza de que jamás volveremos a juntarnos. De hecho ya han regresado a los orígenes y andan creando una escuela y una nueva fanfarre.
Que les vaya bien de veras.
¡Que les vaya bien!
CONCIERTO REALIZADO EN 2006 EN EL GUGGEHEIM