Como tú

«Así es la vida»…»es lo que hay»…»como todos»… frases que se llevan repitiendo a lo largo del tiempo, frases de resignación, frases que nos unen solamente en lo negativo, que se dicen cuando el mal de muchos se convierte en consuelo de tontos, y ande yo caliente y ríase la gente. Yo soy pobre, y como todos pienso que podría dar más de sí en mis pasiones,  pero es lo que hay, así que así es la vida. Hace tiempo que cambie la mía, o mejor dicho la vida me cambió a mí pero… hay algo que apenas se ha movido, un pequeño trozo de mi, esa parte bohemia que para algunos es difícil de entender, y es que siempre fui muy libre y dejé ser libre a los demás también, nunca aprendí ni aprenderé a madrugar, aunque madrugue, y nunca me acostumbraré a llevar una rutina enfrascada en un horario cada día. No tiene porque sorprender ni molestar a nadie… es más natural que lo rutinario.

Mi vida ha sido otra distinta y, nadie podrá decir que no he trabajado, ahora por partida doble.

El arte, la creación, necesita su espacio y su tiempo para ir madurando en el lento transcurso de los días, es la única manera de lograr el equilibrio necesario para poco a poco ir dando forma y vida a la imaginación y al sentir, en cambio el mundo de ahí afuera es todo lo contrario, las prisas nos tienen prisioneros en una constante perdida de nosotros mismos. Se que no me puedo quejar, visto lo que hay en el mundo, y se que dividir mi energía entre arte y sustento es algo necesario que a la vez me enorgullece pero… hay algo en mí, algo que late intensamente en el interior, algo que insiste en la necesidad de ser absolutamente libre, libre de la terca obligación diaria, y para eso uno debe saber que es preferible ser pobre con tiempo que estar podrido de dinero sin él. Decidí saborear la vida sin grandes acontecimientos pero con la plenitud que te da el saberte dueño de ti mismo, buscando en el camino hacia ningún lugar. Hay una linea muy fina y es fácil dejarse llevar hacía los beneficios de lo económico.

Pobre con tiempo mejor que rico sin él, aunque…. es como lo que me preguntaron en una discográfica hace años,  «¿Que prefieres ser cola de León o cabeza de Ratón?», que pregunta más estúpida para un joven que lo buscaba todo, la respuesta es bien sencilla, lo que no es sencillo es hacer todos los méritos para haberte ganado el privilegio de ser cabeza de León. Nunca me gustó ni lo de cola de León ni lo de cabeza de Ratón, y reconozco que para ganarme la vida he sido muchas veces cola de Ratón, ya lo creo que si.

«Así es la vida, es lo que hay, como todos…»

¡No!, el como todos debería utilizarse para los afectos, o para el sentido común, o para las pasiones y las cosas que nos quedan por hacer, y no a modo de resignación con connotaciones poco emprendedoras y con una falta de ilusión preocupante,.

¿Y el es lo que hay?…debiera utilizarse cuando se hace justicia y no cuando ésta falla,  o cuando se logran metas por motivos de superación, cuando la vida premia a quién lo merece, y no cuando tomamos por norma los atentados contra una vida digna.

Y el así es la vida debiera utilizarse cuando nace un nuevo ser, o cuando algo te sorprende gratamente, y no cuando has caído o simplemente uno muere, ni cuando tuviste que renunciar a eso por lo que tanto tiempo luchaste. Debería utilizarse tanto en otoño como en primavera, No solo cuando algo se termina o no se logra.

Mejor sin duda pobre con tiempo que rico sin él, pero eso sí, aspirar a cabeza de León, nada de conformarse con ser ala de cisne, o pico de loro, o muslo de pollo. La mirada siempre al frente, hacia el horizonte, con la absoluta certeza de que llegará ése día en el que por lo motivos que sean, seguramente mereciendolo, caiga la zanahoria soltándose de la cuerda que la une al palo, y tú estarás ahí comiéndolatela saboreando cada bocado. Nadie dude que la cuerda se puede romper, nadie dude que un día verás en el suelo, en la misma tierra, la zanahoria que tantos años fuiste a buscar, solo procura no haber pisado a nadie para lograrlo. Lo sé, en éste mundo los que avanzan e incluso cambian una y otra vez de zanahorias alcanzadas son aquellos que pisan a los otros que encuentran caminando.

No hablo de justicia divina, pues no creo en ella, y mucho menos en la humana, pero hay una absoluta certeza, nadie podrá quitarte la maravillosa sensación de seguir un poco más, de consumir la vida a base de insistir en la diversidad que supone reconocerse vivos. Para nada dejo a la muerte protagonismo que en cualquier caso sería más un principio que un final.

Pobre pero con tiempo, llenándose los segundos en la placidez de ocupar tu mente en lo que te da paz.

Así veo yo el futuro, lejos de negruras y de imágenes apocalípticas desilusionantes,  lo veo,  habiendo aprendido a saber distinguir cual es la verdadera buena vida, lejos de la prisión de las prisas, lejos de las luces verdes y rojas, lejos del bien y el mal, lejos de la culpa y la moral, ¡lejos!.  Aprenderemos a valorar a quienes luchan por ser ellos mismos en su más absoluta peculiaridad única, y derribaremos de golpe todo totalitarismo y cualquier comportamiento uniforme de masas.

Pobre y con tiempo pero… pero cabeza de León. Tal vez un León joven, y sin ser rey de nada, quien quiere un reino de sombras provocadas por la codicia. Quien quiere paz sin consciencia. Yo quiero enterarme. Elijo ser consciente. La paz es algo tan natural como la guerra, pero la consciencia es la que determina la justicia de cada momento.

Así un libro abierto es símbolo de generosidad, aparte de conocimiento.

Así las nubes se engordan de naturaleza  para después convertirse en lluvia.

Y despertar enfocado en la viñeta final de tu propia vida. Asimilándolo todo después de haberlo soñado. Con la fuerza de un río y la calma de un árbol, abriendo a destajo cada segundo. Curiosamente libre de haber plantado cara a la historia. Enfermo de haber vivido y muerto al fin por haber vencido.

Así es la vida, y es lo que hay…como todos, como tú.

2 comentarios

  1. Muy bueno!
    Saludos.

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