Voy a confesarme.
Confesarme de sentir la estupidez y grabarla en vídeo. Confesarme de la ausencia de todo que nunca dejo de llenar con invenciones de todo tipo las cuales solo satisfacen mi imaginación.
Confesarme de ser un soberano pesado virtual.
Confesarme de no atar las cuerdas que sostienen las pasiones. De no saber vivir con una mayoria que cierto es que aunque no demuestran gran interes, siempre me acogió cuando tuvo la oportunidad.
Confesarme de no cuidarme y de ser cada vez más insesato. Insensatez que contrasta con mi grado de consciencia en cuanto a lo que sucede.
Confesarme de quererte a pesar de ti y de todo. De las noches sin voz en las que nadie escucho más que ruido.
Hoy me confieso culpable de todo. De todo lo que realmente merece la pena. Culpable de un narcisimo común y de una casual anecdota diurna.
Culpable de estereofonicos sentidos.
Si, soy culpable de vivir de tal manera que pueda encontrar en el más minimo sonido una luz que me llene.
Soy culpable de mi mismo. De ser y de no estar. De causar y de decir callando gritos.
Y de hablar cuando nadie me oye.
Culpable de envejecer en el sin sentido consentido de la presuncion.
Soy culpable.
Intimamente culpable y sospechoso de un cierto grado de conciencia en la que apenas me sostengo en la incapacidaz.
Culpable de la emoción y la sensación.
Culpable de aprender atrocidades como la de sostenerme en una soledad que a pesar de que muchas veces hiere, también alimenta mi personalidad.
Culpable de la euforia y la posterior apatía.
Culpable ser sin cesar de caer y levantarme de mis propioa errores repetitivos.
Si…lo soy.