El silencio la mata.
Por eso no me comunico demasiado con nadie.
Por eso no acostumbro a hablar en público.
Por eso ya son pocas las ocasiones en las que compongo o toco. Solo lo hago cuando ya no me aguanto más sin hacerlo, o cuando quiero rebelarme contra ella, o cuando lo necesito.
No es por cobardía, ni tampoco por vergüenza.
ES POR CONSERVAR LA PAZ.
El silencio la mata.
Es muy miserable, pero yo soy más fuerte. Me afecta no solo mentalmente, sino también físicamente. En la espalda, en la zona lumbar. Tensión que consigo domesticar, al igual que los pensamientos.
Auto-masajes en la zona lumbar.
Y no se si los pensamientos me provocan tensión lumbar o, la tensión lumbar me provoca malos pensamientos.
Soy más fuerte que ella, aún estando en total desventaja. Siempre me queda el libre albedrío.
El silencio la mata, los arboles también.
Si me concentro ya ni existe.
Es en esos momentos en los que ataco.
El estrés es una de sus armas, aunque no lo controle ella. El estrés es mío, pero a ella le viene bien. Aunque también es cierto que la tensión lumbar me genera estrés y mal humor.
Soy más fuerte que ella, siempre lo fui, menos al principio. Duró poco.
Silencio.
Muchas dosis de silencio e INMOVILISMO para después atacar.
De momento por hoy solo quiero CONSERVAR LA PAZ.
Se sabe porque se dice que Van Gogh se corto la oreja.