CRONICA DE UN CONCIERTO – ARBUSTO CROWER

CRÓNICA DEL CONCIERTO:

Me despierto por mi mismo a las 14:35 y me fumo un cigarrillo porque estoy de vacaciones, cosa que si no lo estuviera sería misión imposible. Tengo todo listo y preparado para exponerme en lugares que no van acorde con ninguna de mis facetas musicales pero aún así con la ilusión de aterrizar en el Bizargorri. LLegamos al lugar. Allí me espera medio pollo, cojonudo por cierto, y una botella de sidra.

Dimitri a mi lado que no tiene buen día pero ya es la hostia que esté.

Comienzo el montaje, que quieras que no, aun siendo dos guitarras, tiene su cosa, y empiezo a ponerme nervioso del estrés que me genera querer que salga todo bien.
Total que termino el montaje y me tiro unos guitarreos a modo de estiramiento corporal por la tensión que me crea simplemente el hacer.
De pronto todo esta en su sitio y hasta me relajo con otra botella de sidrita.

20:15, aquí no hay ni dios, y el que está, lo mismo estaba hoy que cualquier otro día.

Dos txupitos y al toro…

Dedico el concierto a los amigos perdidos y arranco con mi Spanish guitar Takamine.

Oye, que me suelto y la cosa sinceramente, y sin ser un transeúnte barero, funciona.

Me piden más caña pero creo que lo piden porque la cerveza les sabe a poco, ya que el grado de sensibilidad y matices guitarreros (con matices me refiero a altos y bajos emotivos), es bastante bueno. Aún así la peña me mira como si hubiera visto al JETI en torrelodones.
Sigo mi curso y la verdad es que lo estaba haciendo bien.

Cambio de tercio.

Pasamos a la parte cañera con eléctrica en el justo momento en el que a la peña lo mismo le daba un asereje que un concierto de aranjuez y me tiro el rollo cañero desplegando mis virtudes improvisativas comunes. El populacho pide más sangre y que asesine al proletariado, cosa que no soy capaz de llevar a cabo. En esto que mi previo de los 90, para ser exactos es casi del siglo XXI, PETA, así que con toda la jeta del mundo vuelvo a coger la Spanish Guitar Takamine y me invento una canción POPULAR que dice…

«Yo tenía un perro y se me murió, yo tenía un pez y lo estampe contra la pared».

Eso parece que al borracho de la esquina le excita, así que añado una frase del tipo…

«Yo tenía un sapaburu y se me quedo ciego».

Frase que no rima pero conjuga con el interés en la decadencia de un jueves normal.

Al final, pa casa con los bártulos y con la sensación de que aunque hubiera tocado el mismísimo Rostapovich con Los Soungarden no habría habido respuesta emotiva ninguna.

A todo esto, uno se queda con la sensación de que en el fondo, ésto a tenido una repercusión trascendental en un plano invisible.

Y ahora me dirijo a tomarme un par de vinos en honor a mis vacaciones laborales que me permiten hacer este tipo de cosas absurdas.

Por cierto, nos os he visto por allí. Ya están tardando los de los Grammys en darme una vuelta por el mundo.

Atentamente:

ARBUSTO CROWER

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