Mis lagrimas son ahora tuyas.
Compañero de ocultas sensaciones internas.
Mis lagrimas son ahora tuyas.
Viajero de soplidos de viento que se expulsa.
En éste lamento conciso y preciso volveremos a vernos algún día.
Lejos de la falsedad de quienes solo buscan un ascenso económico y remunerado.
Mis lagrimas son ahora tuyas mientras te escucho en mis calidades sonoras.
No fue justo ése momento en el que decidiste marchar.
Tu que comprendías la mala suerte de nuestro padecer.
Compañero en los abundantes kilos de patatas sónicas.
Te echaré de menos en la ausencia que me dejas.
Daniel el guerrero, amable de mirada brillante y palabras valientes.
Enfurecido en ocasiones y sonriente en otras tantas.
El valiente que supo contrarrestar ésta dolencia con vientos de paz.
Capaz de olvidarte me cuesta.
Abrazo tu cuello amigo en lo sideral de los cuerpos.
Aprecios en las sombras mentales de inquietas voluntades pacificas.
Ansioliticas palabras de honra.
En casa suena tu sombra a través de tu soplar.
Querido y amado amigo sónico que volviste a tu ser cósmico en la paz fría.
Prometo con valentía saber que el sabor de cada día resulta confuso en ésta interna lucha nuestra de reproches y alientos extraños.
Me asomaré a tu balcón de inviernos de armonía amigo mio.
Te pienso guerrero de paz y en paz.
Ausente de ti.
Recuerdo.