Drógate la sonrisa y no la avaricia.

Ay si se filtra por las venas la droga que me llena éste falso querer que me conduce a la muerte. Yo que siempre tuve el valor para mirarme y mirarme en cualquier espejo y quererme.

Ay si vuelvo a caer en su esponjosa y amable maldad. Esa que me lleva hacía los golpes y la muerte. Yo que siempre grité por ser libre y gocé de reírme.

Ay que siento que no hay salida si no está él para engañarme y retorcerme en su veneno. ¿Y si está fuera la ultima vez?.

¿Y si lo he curado?, ¿y si con mis besos he logrado calmar todos sus prepotentes miedos?

Eso sería perfecto, por fin podría llevar la vida soñada.

Me temo que no, que no hay buen final para amores así. Voy a tener que desengancharme de su cariñosa soberbia de alta cuna vencida en miseria.

Siento que me arrastro por si queda la cruel oportunidad de morir en sus brazos. Aún sin vida, estaría complacida.

¿Quien sabe lo que es morir sin un amor como el que reconocí en sus ojos enfermos de soledad?

Tal vez deba pensar en alguien más que en mí, en alguien que si me valora y necesita. Ella que tan cansina me atropella el sentido de la maternidad. ¿Acaso he perdido toda la poca inocencia que me queda? ¿Como puedo sentir atracción por su maldad y desinterés por el amor hacía ella, hacía mí?.

Ay que creo que deje de creer por una caricia y cuatro lagrimas. Debo ser un monstruo olvidada de los buenos encuentros. Debo de haber perdido la cabeza que él tanto me golpea con su amor egoísta. Quiero que todo acabe, pero que acabemos juntos. Y a la vez…acabará conmigo. Tal vez mi soledad sea el no saber recomenzar y dejar a la vida que me sorprenda.

Ay que lo quiero todo ya mismo y ése todo se ha reducido a tan solo él. No tengo la paciencia de la espera por un momento mejor. Siento que todas las canciones de amor han cobrado sentido gracias a la enfermedad equivocada.

Y me digo…

No sigas, párate a respirar, haz las cosas poco a poco. Vuelve en ti. Acércate a la vida y no a la «buena vida». Asiéntate en dar a quien no te lastima. Abandona esa causa perdida que transmite muerte. Drógate la sonrisa y no la avaricia. Abrazate, mírala, es como tú. Quiérela y así volverás a quererte. No dejes que ésa lastima que sientes por ése acabado galán te quite toda tus ganas de vivir y de vivirla. Se una mujer, y no un trapo usado y maltratado por la naturaleza de los abrazos engañosos. Visteté a ti misma la mirada. No te rindas en el falso y castrado pensamiento de un pasado mejor. Y no te olvides nunca que… lo mejor…está por llegar.

 

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