Y es ahora, justo ahora, cuando tras el tiempo de un descanso regresan desde el embrujo para contarme lo que ya sé, tercas y opacas como luces oscuras que penetran en mí ser de una forma burlesca y casi agresiva. Que para cuando vengas solo espero haberlas olvidado de golpe para contemplar el instante con mi verdadero yo.
Sucias las miradas internas que me provocan a cada momento de calma, quitandome todo lo que realmente necesito, ¿cómo si no voy a mantener la creatividad intacta?, es como un sudor pegado a la piél, Son ladrones de pensamientos de mí voz interior, tan solo buscan un poco más de mí, la miél de los esfuerzos, un día más de vida, un respiro obsceno que se nutre de la manía y la moral, la antinatura natural. Desechos mentales que son reconstruidos por hienas, a cada cual más ridícula, pero a su vez poderosas por formar parte de esa dimensión en la que se encuentran.
No podré estar yo mismo si ellas no cesan de mirar en lo profundo, no podré complacerte si a cada paso las percibo, tal vez pueda regresar nuevamente y decirte que todo era mentira, que ellas nunca fueron reales, que nunca quisieron ni esperaron nada de mí. ¿que me importaría si no puedo ser?, lucharé con toda mi elocuencia a base de dosis locas enfermizas y las ganas de no volver a perder.
Es el abismo que me hunde las entrañas por quienes nunca quisieron escuchar, como sordos que caminan en ciudades de polvo. Allí, en la ciudad más ruidosa, se encuentra la única salida al juego de nunca acabar. Suponen que me faltan huevos, suponen mal, ni siquiera saben lo más importante, y es mí virtud para asumir el cambio, razón por la que se permanece.
Ahora ven, y cuentame que escuchaste, será seguro agradable la lluvia de sensaciones que se puedan tocar en lo invisible. Estoy frío, pero no muerto, es solo el intento de no morir el que me ayuda a reconstruirme cada dia. Y largos pueden ser los días, como turbias las miradas. Ten en cuenta que de lucido soy cobarde mientras siga teniendo la certeza de un corazón que pudo haber sucumbido a la desesperanza. Que venga la sed y vuelva a comprar mí alma después de haber sido totalmente honesto.
Y en la sién se abre el abismo, que podría suceder si no…