El arbol 8:50

Un silencio escrito en las alturas de un árbol pelado por el tiempo me recuerda que en algún momento del sentir uno se acuesta ya dormido. Cohibido por el ruido del colectivo que permanece ausente en la partitura de un descuido. Y es la vida misma quien reclama los caminos de cada uno, que pervierten con sonidos la alegría de decir que uno está vivo. Renqueando en instantes llenos de vacíos que sostienen un lugar. En lo alto del arbol puedo leer la belleza del presente que no por ausente pierde su valor. Decidiendo momentos se vive al descubierto. Y descubres la quietud de una mente en calma y un corazón lleno de huellas. Y por fin te duermes despertando a las hojas que vuelan ya muertas. Despierta!!! Son las 8:50!!

28/02/2016

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