El chiste y la vida, la vida y tú, tú y todos, todos y…

El chiste y la vida, la vida y tú, tú y todos, todos y aquello, y un sin Dios extremo, mírame

Van 2 en un ascensor y le dice uno al otro…

+ ¿Te has cagao?

– ¿Has sido tu?

+ No

– ¿Entonces para que preguntas?

No, sonríe te dicen, como si ese sutil y preciso movimiento de mi boca fuera a suplir todo el dolor y toda la barbarie de un mundo que se desploma, si bien en el presente de cada uno las cosas transcurren y cambian muy poco a poco, como cuando te dejas en el olvido y ya apenas sales a la calle.

Sonríe, ¿y para quién?, para esa masa incrédula que supone a uno feliz cuando lo haces, si apenas un suspiro sirve para darse cuenta que la comedia de la vida se convierte en drama. ¿Y que más da?, sencillamente fluir en cada intento y en cada esfuerzo y lograr pequeñas, inmundas, recompensas que de nada sirven sin nadie está al otro lado. Eso si, amo y soy amado, tan solo por eso ya uno se paga a si mismo mientras te explotas en las virtudes de cada día, y aún así, ¿por qué motivo debería sonreir a una sociedad que me da de lado por cuestiones técnicas o de tipo sensorial, para nada, como dice «Izal» en una de sus canciones, «sonreiré lo justo para no pagar los platos rotos de toda la ciudad«, que frase tan sabia, de hecho no es por echarme flores, pero esa decisión o actitud también la tomé yo hace muchos años, mucho antes de que esa canción existiera. Y es que viviendo uno libre de los horarios esclavos, pareciera que si bajas un Lunes al bar más cercano, y fruto de tu libertad, estuvieras feliz y sonriente, radiante de locura, la muchedumbre se siente molesta, como si un jodido lunes tuviera que ser jodido para todos, y, aún así, que saben de la vida en libertad, si muchos de ellos, no todos, ni sabrían llenar el tiempo, ni sabrían que hacer más allá de las necesidades y la ambición. Por eso apenas sonrío, no vaya a ser que piensen que me va deputamadre y quieran joderme la vida con sus muecas y sus desaires.

En fin, a veces la vida parece un la orgía de chistes que van y vienen, otras una orgía del estrés, pero cuando uno se plantea seriamente que es lo que le llena en la vida y a que le dedicaría el tiempo si lo tuviera la mayoría confundirían el tiempo libre con como cuando se van de vacaciones. Nada más lejos de la realidad. El tiempo te otorga todo tipo de pensamientos y emociones, todo tipo de ideas lúcidas y otras locas que hacen que te llegues a plantear ciertas cosas en la vida, y los más no están ni cerca ni dispuestos a plantearse nada más allá de la familia y cuatro bares, pero… ¿quién soy yo?, yo soy el que escribo, por eso puedo decir lo que digo, si no lo diría otro, así que pasen el tiempo que pasen por aquí no esperen llegar a lugares del ocio barato ni del entretenimiento inmundo, para eso ya tienes otros lugares.

Tras la pantalla estoy yo, y tras de mí muchas sombras, pero a su vez un luz brillante que hace que sea libre y a la vez esclavo, esclavo de mi reflejo, de mis absurdos, del puro aburrimiento y de la mejor de las vidas, creativamente activo y veloz en la ejecución, con algunos trastornos psiquicos y algunas falsas esperanzas, ¡pero libre de hacer o deshacer!, y eso, eso para alguien como yo no hay Dios que lo pague.

Por eso anda tranquilo por mí, para nada me he quejado, sencillamente padezco momentos de ansiedad provocados por el ruido. El ruido tan atroz que resurge de un mundo con una realidad que no corresponde con estados naturales, y que quieres que te diga, todo lo que sea natural y abierto bien venido sea. Como cuando sonríes de verdad, entonces si, sin esconder miserias tras una sonrisa, ni tapar ni esquivar ni desdoblar los encuentros, cuando todo fluye en tu ser y en tu entorno, y entonces… ¡entonces puedes follar agusto!. Oh inmensidad de los cuerpos unidos en el fuego, entonces si, entonces ya podéis sonreiros por lo bajini todo lo que queráis que no hay quien eche por tierra, mar o aire todo el sentido de la pura y puta vida que me recorre por dentro.

Así que ya lo sabes, mucho chiste y mucha comedia en medio del drama pero al final vas a tener que dejarte llevar, y no esconderte para ser libre. O quizá jamás llegues a salir de la caverna. Tú sabrás dicen, allá tú… ¡Soy libre!, ¡lo soy!… y eso tiene que joder…

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