LA FABULA DEL GRANO ETERNO

No se si le pasará a alguien más o es solo a mí, cruel castigo en forma de puntito blanco que me surge en el centro de mi entrecejo.

El caso es que llevo aniquilando a un pequeño granito blanco durante decadas, pero se vé que no termino de arrancar la raíz que de cuando en cuando vuelve insisitente él ha aparecer por tal zona tan visible.

Un grano cabrón diminuto invade mí entrecejo cada dos por tres y tres por cuatro. Yo lo arranco, solo tengo que oprimir con dos de mís dedos la zona afectada y éste suelta una minuscula porción de llamemoslo grasa blanquecina dejandome una mancha roja debido al la presión ejercida.

En ese momento me digo para mí mismo, te cacé cabrón, ya jamás volverás a invadir esa zona que separa mís dos elegantes cejas las cuales hacen de paraguas de mierda para mís ojos verdes miel. ¡Pero no!, el dichoso puntito blanco, llamese grano minusculo, vuelve a aparecer con la misma intensidad. Nuevamente presiono sin mucho esfuerzo y vuelve a salir una mierdita blanca que no se puede llamar de otra manera debido a su ridicula pequeñez.

Y digo yo, ¿será posible que en ninguna de las cientos de veces que que en mí vida haya presionado a tal grano cabrón que en ninguna de ellas haya logrado arrancarle de cuajo la raíz?

Pues se ve que no, y así camino por la vida con un micro punto blanco invisible para el otro pero molesto para mi ser y comprendo que de cuando en cuando él volvera a mí entrecejo para recordarme que tan pequeño es el mundo y tan grande es la lucha que uno deba llevar a cabo con el fín de tratar de tener un entrecejo digno de ser mirado por nadie.

Y ésta la historia de un pequeño y molesto micro grano que tuvo en su vida un huesped el cual intentó por todos los medios aniquilarlo y jamás pudo con él

De igual manera sopeso yo, el huesped, los avatares de una vida en la que quién más quién menos puede tocarte los huevos.

FIN

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