EL NUDO

Ya no sirve de nada, no te creo ni una palabra.

No es posible creerte después de saber lo que sé y de ver que aún así reincides en ese error que tanto te ha transformado.

Es imposible creerte ni una sola palabra en todo ese cuento de amor tortuoso.

Y menos sentir ningún tipo de empatía con tu manera de no afrontar la derrota y la mala decisión que te llevó hacia el abismo  del herido. Creo que permaneces por simple interés en el sentido de un modo de vida.

Nunca más me cuentes si te hizo daño o si lloraste, si te humilló o te humillaste, si te abandonó o si sentiste miedo. No quiero saber si te perdiste o si por fin te encontraste. Tampoco si me echas de menos o si renunciaste. Menos si la vida te trajo buenos o malos momentos. Es imposible creete nada de lo que me  puedas contar.

No lloraré por quién tanto me despreció, por quien tanto aposté, por quién tanto dí, por quién pensé tan valiosa.

No lloraré cuando el destino anuncie lo que ya será indiferencia, ni tampoco cuando aún queriendo rectificar el rumbo, veas que ya no es posible por el mismo camino.

No volveré a mostrarte la mejor de mis caras, ni te llamaré guapa para que te valores y sientas que sigues bella a pesar del tiempo, que es seguro dejará todo bajo el efecto de la gravedad y las grietas.

No me esforzaré ni un segundo en hacerte sentir cómoda y querida. Para nada recorreré ni un solo kilómetro en tu ayuda.

A día de hoy, después de tanto, renuncio a lo poco que me das, y dejo de intentar mantener una cercanía que pueda mantenernos vivos.

Se acabo presenciar esa forma que tienes de recompensar a quién te hiere y de herir a quién te quiere. Lección aprendida de los últimos tiempos.

Decepcionado por ver como dejas que te deje de querer.

Decepcionado por no tener ni un solo detalle de aprecio a quién demuestra estar a tu lado cada vez que sufres.

Decepcionado por no conseguir ni un solo gesto cariñosa para con quién a tenìdo mil detalles.

Ya no, ya no te creo.

Nadie lo hace. Nadie lo hará.

Ya he despertado.

Me he dado cuenta de que soy el único que se esfuerza por no perdernos.

Si fuera por tus detalles, y yo no los hubiera dejado correr, hacía tiempo que seríamos extraños.

Así que ya no te creo.

No siento que sientas nada, ya no amoroso, sino respeto o valoración.

Ni siquiera prestas atención.

Ni siquiera sabes lo que se siente cuando te dejan y te cambian por otro, cuando pierdes.

Ni siquiera eres capaz de cumplir con tu palabra ante ti misma.

Por eso ya no vengas a contarme que sufres. Ni que eres feliz. No me cuentes el cuento de que sientes y no mientes.

Me despido sin abrazos, ya no los necesitas.

Me despido sin la admiración que un dìa nos tuvimos.

Me despido sin corazón y sin las ganas de volver a verte.

Sin la ilusión de tenerte cerca.

Sin la manía de hacerte fuerte.

Sin la fe.

Sin la esperanza de verte caminar de frente.

Sin los motivos que me mantuvieron cerca de ti.

Ya no quiero tu compañía, no la valoras.

Ya no quiero nuestra amistad, la has destruido.

No te creo, jamas volveré a hacerlo. Nunca más volveré. No hay destino posible que nos pueda reunir en la emoción.

Yo te dejé ir, ahora te toca a ti dejarme.

Te arropé todo cuanto pude.

No te preocupes, no necesito tu fría manera de soportarme.

No necesito tu manera de deshacerte de mí.

No necesito tu sentir.

Sé que no sientes nada más que tu ambición.

Se que nada nos podemos ofrecer.

Va siendo tarde para todo y pronto para saber que no somos.

Voy a dejar de sentirte en mi soledad.

Libre de compasiones. Y de pasiones.

No corazón.

No eres quien dices ser. Ya no.

Solo queda una salida, y no es la de tirar para adelante con las decisiones tomadas. Tendrás que hacerte a un lado y desviar tu camino del orgullo y el miedo.

Vas a tener que reconocer que te equivocaste y perdonarte para lograr ser.

Conmigo ya no es divertido, ni siquiera emocionante.

Tampoco me das nada y, yo no tengo nada que busques.

Pareces olvidar que hace tiempo no existes en mi vida ya que tú misma la dejaste a un lado.

Pareces olvidar que olvidaste.

Pareces.

Me duele, pero no dependo.

Me duele…

Me duele no poder creerte nunca más.

No poder confiar.

Me duele tener la certeza de que nunca volverás a ser lo importante que eras para mí.

Ni yo para tí.

Quédate en ésa jaula con la falta de un secreto.

La vida claro que pasa. Tú solo esperas la buena vida, olvidándo ser alguien de quién uno se alegre de conocer.

Venimos a ir siendo mejores, a ir creciendo, a ir aprendiendo a amar, a navegar tormentas, a superarlas, y a morir exaustos de compresión.

No es encontrar la manera de vivir mejor, sino simplemente aprender a vivir.

Sospecho que vas ha tener que perder para aprender sobre ello. O tal vez lo aprendiste ya.

No puedo seguir.

El nudo en la garganta me dice que duele darse cuenta de todo ésto.

No hay más vidas en esta partida.

No hay más pantallas en este juego.

Dejaré pasar la vida sin recordarte para empezar a vivirla.

Te olvido por una sola razón, por pura decepción.

El nudo en la garganta me dice lo contrario.

Yo digo que renuncio.

El nudo no me deja.

El nudo son solo palabras que no digo…

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *