EL PERDÓN Y MI FORTUNA

Es en la madrugada cuando más te pienso, y se me hace imposible no reconocer que te has ganado mi maltrecho corazón. Cómo no quererte si haces que mis dias tengan algo de sentido, aún sabiendo que no te doy todo lo que mereces.

Y es que quiero pedirte perdón, perdón por traer dudas a tú vida y por compartir esa lucha que me acompaña con alguien tan limpia cómo tú. Perdón por sí en un futuro arranco de tú ser la alegría, no por que lo hiciera a posta, sino porque ya arranqué esa emoción en vidas pasadas. Perdón si en algún momento del futuro llego a oscurecer tú mirada, por si de pronto no te diera el abrazo que necesites.

No hablo del ahora, sino del mañana, lo qué pudiera ser, y es que tengo el misterioso don de despertar conciencias a una realidad que no es aconsejable, y a la vez percibo en mí mismo esa pérdida de cordura que me inunda cada vez que comparto mis días con una mujer. Pero eey, tengo la esperanza de que esta vez pudiera ser distinto, de hecho eres reconociblemente especial, quiero inundarte de vida y de buenos momentos, no quiero volverte seria ni entorpecer tú dia a dia con paranoias de un pasado intenso pero agonizante. Deseo explorar cada uno de los sentidos de tú cuerpo y lograr hacerte feliz a cada instante, corriendo yo el peligro de caer en mis entrañas.

Sé que eres distinta, y sé que puedo confiar en tí, tan solo te pido perdón por sí algún dia te falta mí mirada complice. No digo que vaya a ser así, solo barajo la posibilidad. Si miro al futuro soy capaz de ver días en calma a tu lado y encuentros mágicos que nos lleven a saborear nuestras esencias.

He visto un corazón lleno y no quisiera vaciarlo. Te aseguro que el presente es tuyo, cómo tuyos son mís ojos que tan sólo miran hacia donde tú estás. Voy a intentar no perderte en ese camino que se me hace tan dificil y que a sú vez tu propio ser facilita con cada reacción.

Te quiero, cómo no hacerlo, y no hay manera de evitar nuestro encuentro, no hay nada ni nadie que pueda evitarlo, así debe ser. Prometo cuidar de tí y de tus sueños cuando tal vez en la noche te encuentres con ellos. Si no lo consigo entonces ya no seré jamás alguien que merezca la pena.

Necesito besarte para sentirte y a la vez quiero saber que sientes cuando te hablo. A veces hablo tanto y otras tan poco.

Preciosa es tú boca que radiante me espera, al igual que mis manos son parte de tú cuerpo. Ojalá sea tan duradero que la mismisima Virgen del Coro sea testigo, si es que todavia te quedara esa ilusión. Mí corazón es torpe y mí mente se confunde entre voces de ninguna parte, pero siempre supe ver a quién tenía delante, por eso te voy a pedir que nunca olvides que vine para ser ese hueco al que iluminas, y tú mí luciernaga.

No hagas caso de mís pesares, tan sencillo los iluminas en el bien que nos reune y tan poco me pides a cambio.

Te voy a hacer dichosa, te voy a dar mis sentidos maltrechos y serás tú quién aparte de mí la antigua senda, será un nuevo renacer en mis brazos que con ternura peinaran tú cabello en la madrugada. Serás la primera y última persona que vea en el día y en la noche. Pero debes prometerme una cosa, sino no me lo perdonaria, y es que nunca pierdas esa manera tuya de sonreir a la vida, aunque ella tan sólo te de menos de la mitad de lo que mereces, la qué me llevó hacìa tí, y así te encontré.

Ahora sé de sobra quién puedo llegar a ser junto a tí, ese que te de las ganas de un nuevo sol, con todas las lunas llenas mirandonos. Te voy a buscar a diario, y ahí recordaré que soy afortunado. Sólo quiero sentirte, y después… amarte.

Te siento, te entiendo, te beso, te cuido, te calmo, te espero, te amo, te doy, me entrego, me inspiro, y no hay nada que lo pueda impedir.

Pero acepta por si acaso mí perdón, aunque nunca llegue a merecerlo ni te de motivos para ello.

Menudo sol más hermoso…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *