Si volviste a verla sonreir, es que merecia la pena el camino.
Si abandonó su llanto cerca de tí es que tú merecias la pena.
Si recuperaste la cordura a su lado es que es verdadera.
Si otro viento viniera hacia tí asegurate de que sea calido.
Al fin y al cabo, nunca se te dió bien eso del polvo de los viernes.