Y es que solo tú has podido sobrepasar la barrera que hay entre el desencanto y la ilusión pura, como cuando sonries por alguna de mís tonterías.
Es esa maravillosa habilidad que tienes de verme de colores cuando todo el mundo me ha visto gris.
Y no me cabe en el pecho lo que haces de mí, si es que te noto en la mirada el amor que se siente sincero.
Por eso acabar no quiero nunca con la balanza que hace que me decante hacia tí.
Sinceramente eres luz, una gran persona, merecerte ya es tarea suficiente para comprender que al final resulto ser un afortubado.
Como si no a tu lado podría ver lo bueno que ves en mí.
Agradecido tras las sorpresas que puedan surgir en el camino.
Y no me olvido, viniste a mí para ser querido, como yo te estoy queriendo ahora, como yo te siento, como he aprendido a valorar cada cosa que dices,
será cuestión de luces que tú me miras profundo.
Ahora siento los días cada cual tu los sonrias.
Y un pedazo de mí cae cada vez que hablo contigo.
Contigo y más…
Y más capaz…
Contigo…
Eh o no eh,
Sí…