El piloto del Avión salió de sú cabina y se fijó en mí al salir, torció un poco sú mirada y dijo algo así como que no merecía mí fama. Nunca supe si se refería a la buena o a la mala.
Allí estabamos Reina, Paul, Sara, Roberto, Enric y yo, en aquella inmensa ciudad dispuestos a dar el mejor concierto de la historia de Nueva York, aunque desconociamos los entresijos que aquél fatídico viaje nos tenía preparado.
Nos hospedamos en un hotel al lado de aeropuerto, Reina y Sara cogieron una habitación doble, Roberto y Eric hicieron lo propio, y yo, a pesar de que esperaba una habitación para mí sólo, no me quedó otra que compartirla con Paul, al fin y al cabo siempre había sido así. Dejamos las maletas y quedamos a las 12 en recepción, así cada uno tendría algo de tiempo para arreglarse un poco o tomar un aperitivo en la cafetería del hotel.
Ese día bajé por las escaleras del hotel, no se por qué no quise seguir a Paul y bajar en el ascensor. De pronto note una presencia dertrás de mí, como un aire frío que soplara en mí nuca, me dí la vuelta y… extrañamente no había nadie, o por lo menos nadie tan cerca como para soplarme en la nuca. Pedí un zumo de naranja y me senté en el taburete más apartado del Hall, en una de las esquinas de la barra. Paul llegó minutos más tarde, se ve que el ascensor había tardado lo suyo en llegar, el hotel estaba a tope. A las 12:00, como un reloj suizo, bajaron Reina y Sara, y unos 7 minutos después, tarde para variar, lo hicieron Roberto y Enric. No había tiempo para mucho más, debíamos ir hasta el auditorio que nos vería y escucharía tocar esa misma noche a las 23:00.
Lo curioso es que por primera vez llevabamos teloneros, nada más y nada menos que a The Five Sexual Tension , un grupo de chicas de la zona que ya tenían hecho un nombre en Nueva York, y esa noche serían el primer bocado para que después aparecieramos nosotros. No quedaba mal el cartel, no lo he dicho, pero Sara, Reina, Roberto, Enric y yo formamos BLACK FREE HORSES, y Paul hace unas performamces con pintura en los conciertos importantes, y las teloneras son unas chicas que tienen un estilo entre el Soul y el Punk, una cosa extraña que para ser sincero jamás he visto cosa igual, además se marcan unos extraños rituales budús en medio del escenario que helarían la piél al más exceptico. Nuestro estilo es un Punk Elegante con dosis de poesía y la ya mencionada perfoemance artistica de Paul.
En 20 minutos de Taxis llegamos al auditorio, todavía sin nuestros instrumentos. Alli estaba el equipo de producción preparandolo ya toda la cuestion de luces y sonido, mares de cables que recorrian buena parte del escenario y se alargaban hasta la zona de los técnicos en mitad del auditorio. A mí me gustaba siempre charlar un poco con Dany, el técnico de sonido, para ver que tal veía la sala y cosas de esas. Si lo veía con una sonrisa es que aquello iba a sonar de cojones, y así era, ahí estaba Dany luminoso con una sonrisa cristalina.
– Zack, esta vez no podrás decir que el equipo no tiene suficiente potencia, escucha esto.
En ese momento Dany subio el master y las bobinas de las torres de bafles que estaban colgando del escenario lanzaron todo el sonido hacia mis oídos y pude sentir los graves en el estómago y escuchar la ya mítica cación de los Tomayashu Hotei perforandome cada parte de mí cuerpo, aquellas guitarra rugía como una bestia, el bajo y el bombo aprisionaban mi interior y las tropetas, agudas y afiladas, tenían una fuerza y a la vez un brillo que todo junto hacía casi explotar mi cabeza. Dany paró en seco el sonido y pareció como si las profundidades de un océano se hubieran tragado a los músicos mediante aquellos impresionantes y maravillosos bafles. En ese momento me dió por reir, no sé, era tan bueno el sonido que me generó cierta felicidad, pero todavía faltaba escuchar como respondía aquél impresionante equipo con nosotros tocando encima del escenario.
Le dí un abrazo a Dany y le dije al oído:
– No te confies amigo, un buen equipo no lo es todo.
Dany me miró y me dijo:
– Cierto, pero aparte tienes a sú mando al mejor técnico de sonido capaz de hacer que BLACK FREE HORSES y las chicas tensionadas del Budú sonéis como sí estuvieramos en el mismisimo infierno, de hecho, es ahí precisamente donde iremos Zack.
Yo solté una carcajada y tan solo me encojí de hombros y dije:
– Quién sabe Dany, ¿cielo o infierno?, tal vez no lleguemos a ningún extremo.
Y es entonces cuando Dany puso sú cara de cuando tiene algo bueno en sus manos y me dijo:
– Amigo, esta noche traspasarenos esos limites de sobra.
Volví al escenario y me dí cuenta de que las chicas de THE FIVE SEXUAL TENSIÓN ya estaban allí con sus instrumentos, así que lo mejor sería ir pensando en buscar un lugar para comer tanto para nosotros como para ellas.
Recorrí toda la manzana y, de pronto, me llamó la atención un comercio que parecía vender mascaras de carnaval, de esas Venecianas, la curiosidad me llevo para adentro.
Allí un tipo de aspecto poco aseado me miró y me dijo.
– Lo que buscas lo tengo, es solo que no sé si estás preparado.
+ Preparado para qué – le dije
– Preparado para traspasar los extremos de la vida y la muerte.
En ese momento quedé petrificado, ¿los extremos de la vida y la muerte?, mi mirada se escondió un poco pero mí boca y mí lengua lograron salir del paso y le dije:
– No, hoy tengo un concierto musical, y tan sólo había entrado en sú establecimiento para ver si encontraba una mascara adecuada para Paul, el hombre que se encarga de la performance artistica con pintura.
+ Entiendo, entonces tan solo es para el bufón.
– No, no, Paul es una parte muy importante del espectaculo, ya que mezclamos música Punk con Poesía y Pintura, y el resultado final de sú cuadro nos define.
+Entonces aquí está perdiendo el tiempo, estas mascaras son para traspasar limites existenciales, no para espectaculos circenses, así que le ruego que abandone mí tienda.
-Espere, usted sabe de mascaras ¿verdad?, ¿cual de ellas nos vendría bien para ser el grupo central cuyos teloneros juegan con ritos de buddú?.
+No sabes bien donde te metes blanquito, pero si realmente quieres impresionar al público te recomiendo la cara con luna que arde, será ella quién te enseñe el camino en el justo y preciso momento que debas elegir entre tú amado público, que estará rugiendo de emoción, o tus compañeros.
– ¿Y que es lo que deberé elegir?, ¿por que en ese monento tendré que elegir entre unos y otros?
+ Muy sencillo Zack, hoy es el día.
– Un momento, ¿me conoce?.
+ Eso no importa, lo que importa es la mascara que elijas y la decisión que ésta te lleve a tonar. Son 20$, cógela, y no regreses.
No se porqué razón le hice caso y me fuí de aquella tiene con la mascara de luna en llamas en la mano.
Más adelante, torciendo la esquina, había un restaurante Italiano, asi qué como no estaba muy lejos del auditorio pensé que era buen lugar para comer tanto BLACK FREE HORSES como The Five Sexual Tension.
Reservé una mesa para 10 y otra para los técnicos, para las 15:20.
Regresé al auditorio con mí mascara de luna en llamas, les indiqué donde estaba el restaurante italiano a mís compañeros, y avisé de que iría hasta el hotel a descansar un rato antes de comer, que nos veríamos en el restaurante.