ESA NADA QUE GUARDÁIS

Como buitres esperando su alimento, alimento de las sobras que quedan de uno tras morir dignamente. Esos buitres indiferentes que ya nada pueden ofrecer.

Aquellos y estos infiernos son producto de “hondas horas de dolor” y rabia entre la vida y el horror. Por eso no espero ni un solo gesto de bondad en esta vida que crucificasteis por amor a vosotros mismos.


Me da pena que existan seres tan pobres y tan mezquinos los cuales en lugar de vivir su propia existencia se dedican a malmeterse en la vida de quien ha respondido a casi todas las preguntas ajenas a las que un ser humano puede llegar ha responder, y en ninguna de ellas estás.

Poco me importa ya si eres capaz de escuchar una música repleta de buenas intenciones, aparte de talento, esfuerzo y emoción, me la trae absolutamente floja lo que puedas pensar de esto que lees, ninguno de vosotros está en mí pellejo, ni yo en el vuestro. Por eso comanse unos a otros, es lo mejor que saben hacer.

Repudio absolutamente toda fama, la buena y la mala, y en cuanto a mis pequeños errores, hay quién los merecía, vaya si los merecía, que aquí más de uno ha safado y se ha ido de rositas. Y ya que tan bien se os da mirar vuestro puto culo sin prestar atención a otros menesteres, seguid así, y dejad que quien no comulga con vuestro falso sistema social pueda vivir dignamente sin tener que avergonzarse por cosas que no son suyas.

La verdad es que siento asco, asco y decepción, podéis seguir mirando a otro lado, ya que este perro ya ha ladrado en otras ocasiones, asi que doy por hecho que no va a ser ahora que os asustéis, tu que tanto te gusta la carnaza, ahora sientete ofendido por mis palabras, que seguro las mereces.

Asco y decepción, y pena, mucha pena por haber estado rodeado de seres envidiosos y repugnantes, capaces de atacar por la espalda cuando más debil está uno. Sentiros libres de escupir cuando me veáis pasar, pues eso mismo haría yo ante más de uno.

No es odio, para odiar debo tomarme más trabajo que el escribir unas lineas, sencillamente es olvido, profundo e indiferente. No merecéis ni mi obra, ni mi obra se merece semejante elenco de personas falsas de sentimientos. Ahí os cunda el pánico que os produce el enfrentaros a la honestidad, temerosos de perder esa nada, esa nada que guardáis.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *