TALENTO Y EVOLUCIÓN (Playlist)

La verdad, siempre lo he sabido, pero ahora con las redes sociales, las plataformas digitales y todo el mundillo  de Internet ya no me cabe ninguna duda. Mira que hay gente en el mundo y montones de profesiones y especialidades, y todas ellas repletas de personas capaces y emprendedoras. Las hay de cualquier raza, religión o sexo por supuesto. El mundo entero ésta lleno de personas que desempeñan un trabajo en concreto y a la vez forman parte de un grupo de personas especializadas en una u otra cosa. Vaya nonvedad.

Lo que quiero decir es que hay absolutamente de todo en éste mundo. No voy a ponerme a citar profesiones porque sería absurdo o más bien de tontos el destacar unas u otras, pero a lo que voy, y es de lo más o menos entiendo, es que observando algunas paginas de música por streaming, soy testigo de la cantidad de personas en el mundo que realizan y se apasionan con el arte de crear música. Hay un montonazo de gente haciendo música de todo tipo a cada segundo por todas partes con toda la pasión y emoción que nos da la maravilla que es la música.

Sinceramente hasta hace unos años viví en una pequeña burbuja humano creativa en la que apenas conocía a creadores musicales más allá de los que llegaban a tener por lo menos algo de éxito y repercusión, y es que la manera de explorar y conocer a nuevos músicos estaba limitada a lo que se ponía en la radio o a los que habían llegado a poner su disco en una tienda especializada. Sin duda sabía que había montones de creadores por ahí, y eso se hizo más visible cuando compartí alguna máster class con algunos compositores de la zona. Sin duda había gente muy buena, y otros no tanto. Lo que jamás pude es eso de crear algo entre dos, tres o más creadores, ni siquiera como algo pedagógico o de estudio grupal, me parecia algo tremendamente artificial.

El caso que de pronto llego Internet a la mayoría de las casas del primer mundo y con el la posibilidad de expandirnos por aquí y por allá.

Para mí, aunque ya teníamos acceso a Internet en el local de ensayo, en realidad no me llego del todo hasta el año 2010, que fue cuando un tío mio me pago mi primer pincho de Internet por medio de una compañía telefónica. Hasta entonces dediqué el uso del ordenador exclusivamente para crear, ya sea música o textos o recopilatorios etc.. También lo utilizaba para jugar a video juegos y por supuesto para escuchar música de otros, pero en 2010 me llego la hora de entrar en redes sociales y la posibilidad de plantar mi música en plataformas digitales en las cuales se escuchana música en streaming. En realidad recuerdo que en 2010 flipaba con Spotify y soñaba con que algún día al teclear mi nombre en su buscador saliera mí música por ahí. Luego poco después supe que para ello solo tenías que pagar un dinero por cada canción subida, y en ese momento me di cuenta de que no tenía merito ninguno el hecho de estar en Spotify.

El caso es que me he hartado de compartir mí músuca  por todas partes, con amigos y con desconocidos, pagando y gratuitamente, con vídeo incluido y sin aditivos. Las posibilidades parecían infinitas en cuanto a cobertura y nivel de alcance, siendo Internet en realidad un gigantesco océano en el cual resulta complicadísimo hacerse ver. De pronto empecé a conocer vía Facebook a otros creadores que estaban ahí haciendo obras magnificas los cuales eran tan poco conocidos como el que aquí os escribe, aunque las vivencias músicales hayan sido bien distintas.

Resultaba complicado antes de Internet saber a nivel pre-profesional lo que hacía alguien en otro punto del Pais y ya ni te cuento del Planeta, y sin duda se reducía todo al grupo de gente con quién compartias físicamente tus maquetas.

Desscubrí a compositores como David Bazo, o Jesus Valemzuela (Tsode), o Villaescusa, David Roa, Curro Martin, Paco Salazar, Jose Raul Andreo, Carrasco Anguita, Ruben Alvarez, y un puñado de músicos creadores los cuales sin las redes no hubiera conocido. Gente con mucho talento que comparten la misma pasión y una forma parecida de construir, crear. De ésta forma, uno dejaba de ser aquel que un principio parecía algo único y especial y comprendía, más allá de los consagrados, que había un montón de gente creando a la vuelta de la esquina, y que sin duda lo hacían realmente bien, dotando a cada uno, no todos, de cierto estilo propio.

Esto para nada era una desventaja, ya que aparte de poder disfrutar de sus obras, tenía la posibilidad de conocer aquello que uno u otro iba conociendo. Me refiero por ejemplo al hecho de como distribuir tu música, que os recuerdo que hasta el  después del álbum Souvenir del 2009 no valoraba como un álbum real lo creado en mi casa, siendo  destino de éstas obras el de que fueran interpretadas por el grupo y posteriormente se realizaría una grabación o en mi caso re-grabación del contenido de esos álbumes. La verdad es que me tuve que comer más de un puritanismo procedente del propio grupo por el hecho de conseguir generar un buen sonido a base de secuenciar instrumentos virtuales y de propiamente grabar yo mismo varios instrumentos. De ésta forma, al conocer a ése puñado de personas los cuales trataban como un disco totalmente válido  esas obras que estaban creadas de manera similar a las mías, comprendí que esos álbumes ya por si mismos tenían un tremendo valor como obra ya creada.

Por supuesto que al igual que hay sonidos sintetizados que uno quiere que sea precisamente ése sonido el que suene, también hay sonidos que si los tocara un humamo la diferencia sería bastante potente, muy potente, y siempre es deseable que sea el humano (hoy en dìa depende del estilo) el que interprete la obra. Dicho todo éste retal de obbiedades, y una vez conocidos más creadores, nos venimos al más puro presente que es de lo que quería hablar.

Lo cierto es que no me asombra, pero he descubierto unas paginas de música por streaming en las cuales uno comparte su perfil de Spotify y, ésto te da la posibilidad de entrar a formar parte de una o otra o miles de listas de reproducción o Playlist de infinidad de DJ’s virtuales, los cuales se dedican a lo que viene siendo mezclar a diferentes artistas en un mismo espacio virtual. Lo que siempre hicieron los Discjockeys de toda la vida. Esto lo descubrí gracias a un pianista Argentino llamado Juan Maria Solare, el cual me informó de cual era la manera correcta, o una de las maneras de hoy en día promocionarse y conseguir oyentes en la red. Sabido ésto, lo más alucinante de todo es que hay miles y miles de músicos y miles y miles de DJ’s virtuales compartiendo por aquí y por allá tanto su música como sus Playlist en lo que parece un Carrusel Musical o, podríamos llamarlo el Wall Street de la música, habiendo como os digo cantidad y cantidad de creadores de todo el mundo rulando una y otra vez con sus historias por éstas paginas, que si bien es verdad no te garantiza más oyentes, es seguro que es un pequeño avance en el mundo de la promoción y el marketing on line que tan pesado me resulta y en el cual hasta ahora no he visto grandes resultados por medios más convencionales.

Todo ésto para constatar algo que se sabe de sobra, pero que no deja de impresionarme. La cantidad de personas creativas con talento que existen en el globo, todos intentando habrirse un camino a la vez,  y teniendo em cuenta que toda ésa gente es una minoría sabiendo que hay otras millones y millones de personas que se dedican a otras muchas y diversas profesiones y especialidades.

A decir verdad en la época que no disponía de Internet en mí PC vivía mas ajeno pero también más tranquilo en muchos aspectos. No tenía ése ansia por conseguir hacerme un hueco en el mundillo músical. Sinplemente me gustaba crear y luego lo creado se interpretaba en directo.

Aún así, y no teniendo ninguna garantía de obtener resultados, me subo al carro de las Playlist de DJ’s virtuales con los que espero modestamente aumentar mi numero de oyentes digitales.

La realidad es que hoy en día el talento es importante, pero no es nada sin una buena difusión y una buena divulgación de tu trabajo en paginas y foros en los cuales hay millones de artistas buscando al igual que tu el ser conocidos por un público que a su vez la mayoría siempre consume lo mismo. Pero siempre se dijo que hay un público para todo, así que aunque solo sea por estadística debe haberlo para mi obra.

La vida se abre camino dicen, aunque en ocasiones parece estancarse definitivamente.

Evolución y Revolución.

Ya destacaremos más adelante…

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