Ya son tantas las veces en las que he regalado mis dedos y mis sonidos al viento, tantas veces en las que la inspiración vino oportunamente inoportuna, que caminar hacia la misma resulta incomprensible para quién sabe que no volverá del mismo modo.
Suerte que todo se graba en el transitar de los días tranquilos.
Suerte que éstas paredes son testigo de lo acontecido, lejos del ruido colectivo que resulta tan incomodo para mis oídos.
Son tantas las veces en las que he demostrado mi arte al viento, que éste es seguro me lo devolverá en forma de resaca dormida e incompleta en instantes que algun día me llenen.
Tocar toqué las melodías que en uno de éstos días, con suerte, podré reproducir de alguna de las maneras similares, nunca iguales, para así mostrar al mundo que aquí el vagabundo de sensaciones puede y tiene diversas formas con las que volar hacia ti.
Recuerdo recordar como llegué hasta ahí, lo que no recuerdo es como lo conseguí.