LA FALTA

Y dejaste de aparecer, como se desaparece de un lugar el cual ya no te aporta nada, como se desaparece de la vida de alguien cuando se encuentra algo mejor.

Y te dejaste llevar a la vida servil para obedecer a tu amo y señor que en tiempos atrás te lastimo gravemente.

Y ya nunca volvimos a ser los mismos.

Dejamos de necesitarnos y olvidaste la forma que tenías de mirarme a la cara.

Todo se deshizo en aquel viaje en el que no estuviste cómoda.

Mi ser se convirtió en tu aburrimiento.

De esa forma, como se dejan las cosas viejas, fuiste hacía tu nueva vida y me dejaste sin apenas nada ni nadie.

Recordaré los momentos de comida y sidra, o los conciertos que disfrutamos, o las confidencias que dejaste de hacerme.

Pero a los 3 años, si es que eres sincera contigo misma, sentirás que lo que encontraste como nuevo no era más que un disfraz con el único fin de no trabajar.

Y te darás cuenta de que te habrás vuelto vaga e insensible.

Y dormiras pensando en aquellos días que ya es imposible recuperar.

Me arañaste con ganas la falta.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *