Miserias de horas pobres

Pastillas para no reaccionar en los confusos huecos que se crean. Para no reaccionar en rebeldía de los horarios de labor monótona, repetitiva. Calendarios programados para llegar a un limite sin explotar. Y el Corazón se hace hierro forjado con sudor y desencuentro. Dejando toda capacidad creativa y concentrativa en un consentido trueque por papeles pintados de colores numerados. Nunca conseguirán pagar la ausencia de naturaleza que nos roban. Robar puede que sea la asquerosa opción que te exigen para llegar a ciertos descansos inmortalmente cómodos.

Refugio, vertedero, sombrerero de paja esclava sin sol. Aplaudan la miseria de horas pobres y de pobres que somos eficaz e intelectualmente en un Diciembre roto por la falta y el conformismo. Frigorífico descongelado, pues nada se pudre eternamente. Te hilo y te asombro en el tablero de un jaque al rey de Tizas. Pinzas sin muelle. Muelles sin barco. Barco sin sed.

– Tierra

(Oyente medio de cuarta fila pasillo dos).

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