La vida nos habla en soledad…

Parecerá que siempre creo cuando estoy solo, pero en realidad creo para no estarlo.

En mi mundo, cuando estoy adentro, me siento acompañado de mi propio ser que no necesita nada más que hacer y preparar pausadamente.

Salgo al mundo de afuera y me encuentro solo. No hay nadie. Todos están demasiado ocupados en ocuparse.

Pero curiosamente, y no quiero ser vanidoso,  aunque termine siéndolo, son personas como yo las que hablan al mundo, y a la vez es a nosotros a quienes en nuestra soledad nos habla el mundo. Nos habla la vida…y nos habla de vida.

Nadie se preocupa más allá de su manada. Y la manada se ocupa de la vida de los que no se unen,  y de las guerras de la propia manada.

A nadie que cumple las normas le gusta que otro se las salte, pero en cuanto la puerta está abierta, enseguida van a clavar su bandera.

Es curioso lo bien que se puede sentir uno donde no cabría nadie, y lo mal que se siente uno ahí afuera, donde se supone que está la comunicación. No creo en Dios, o eso creo, pero entiendo la espiritualidad y el recogimiento.

La humanidad avanza, pero no por quien se dedica a sacar provecho de ello. Lo más curioso es que éste sistema de vida humana favorece a quien no tiene ni una pizca de creatividad. Ni siquiera sabe jugar consigo mismo, y alardea de jugar y empatizar con los demás. Cosa que es absolutamente falsa, ya que la vida común y sin emociones potentes le viene de perlas para su poca fe en nada que no sea una casa más grande.

Sólo me siento solo cuando debería haber gente y no la hay. La calle me hace sentirme sólo. Y se que sólo un escenario podría acercarme a las personas que realmente amo.

Los días no tienen 24 horas, a veces no tienen ni siquiera 1. Y una es suficiente para saborearlo todo. Nadie vendrá si te escapas. Nadie sabrá que pasó. Que empiece el chismorreo de burbujas asustadas. Tambores de fiesta y tradición. Día no común de los comunes. Y eso que yo soy menos que nadie, pero más que la simple y cruel tensión  de los momentos programados.

Carpe Diem si, pero ya se ha ido. Siempre estamos en el futuro que es presente. OLVIDA LOS OLVIDOS…El presente es un continuo futuro a cada segundo. En cambio adentro ni siquiera pasa el tiempo.

Se me acusa de no hablarte de mi, ¿entonces como es que me conoces tanto?.

No soy todo lo que pienso, ni pienso todo lo que hago. Pero se que cuando no pienso es cuando más hago. Sin ser…

La vida nos habla en soledad…

Enlace al tema «Por Delicadeza» de Joaquín Sabina

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