Me gustaría estar contigo a cada momento para que nunca te sintieras sola.
Esa es la verdad.
Y si eso no es un tipo de amor, entonces que me pudra yo también en un abandono.
Me gustaría que un abrazo mio curara todas tus penas y que con ello sanaramos juntos la soledad en las horas muertas.
No te pienses que esto son palabras que me invento a mi antojo para que resulten agradables.
Es lo que siento y la razón por la que una y otra vez te he dicho que si cuando me has necesitado.
Pero nunca coinciden los cariños de uno hacia otro.
Y por ello la vida está llena de corazones rotos.
Mejor pensar en lo que hemos aprendido que añorar el pasado que no crea ni presente ni futuro.
Me gustaría que mi pobre compañía te resultara suficiente para coger impulso y afrontar los problemas de un mañana.
Pero ya sabemos que las sabanas no alejaron de por vida.
A tu risa loca que vuelva lo antes posible.
A poder ser más humildes aún en ésta rota bancarrota.
Te deseo compañía aún no siendo la mía.
Y que apuestes por la vida cogiéndola de frente y sin excesivas manías.
Los mediodías no son para mi, pero hay más horas en las que ser felices.
Que el aburrimiento te sepa a tiempo para uno mismo.
Que la rutina te siente en la silla de un amado valiente.
Me gustaría estar contigo a todas horas para que nunca te sintieras sola.
Y más me gustaría tu aprecio siendo admirado y admirada conciencia de lo que es.
Y no al revés.
Pero como te sabe a poco mi torpe manera dar.
Respeto tu huida y tu mal estar.
Solo una cosa más, si huyes…que sea hacia adelante. Dando pasos hacía lo real.
Y de vez cuando que te visite lo imposible y las ganas de mejorar.