…O MORIR

Siempre me sucedió que llega un momento de primeras no deseable, en el que el propio paso del tiempo convierte todo tu material musical en un compendio de aparatos viejos y desgastados, los cuales, aún conservando su potencial que desafortunadamente se ve mermado por la tremenda caña a la que han sido sometidos, quedan del mismo modo que un «amor obsoleto» (que me recuerda a la escena de la telenovela de la película Airbag en la que Jose Alberto rinde su amor a la embarazadisima Esmeralda), y tras la decepción de ver como ése equipo que tantas alegrías te ha dado en multitud de ocasiones, muere repentinamente, dejándote en el más absurdo de los sin sentidos sonoros y sin recursos con los que inspirarte tanto como músico a la vez que como creador.  De repente, tras un cabreo descomunal, decides empufarte de decisión, y te encuentras con que lo que en un principio fue un bajonazo de la hostia, ahora, gracias al asqueroso arte de jugar con el dinero que tienen los Bancos, te encuentras con un nuevo y flamante equipo totalmente renovado el cual te da vía libre y de escape para otra larga temporada en la que con esfuerzo y talento, aparte de inspiración, tal vez, y solo tal vez, llegues a crear alguna obra que sea del interés o agrado e incluso desagrado de algún colgado desperdigado por éste globo terráqueo, y resultes provechoso para el sentir de cuatro marcianos terrestres.

De momento, los días ya me los he auto-alegrado con la compra material de éstos aparatitos que usamos algunos para desplegar nuestro arte, siendo algo habitual la forma en la que uno se renueva y regenera cual piel de serpiente que muta.

De éste modo, queda inaugurada la temporada de camaleónica colores en los que encontrar algún resquicio creativo para la autocomplacencia primera, y su exposición pavo realesca después. O lo que es lo mismo, re-econtrar la inspiración en todos los sonidos posibles y hacer con ellos una estructura bella, sentida, hiriente, mordaz, veraz e impulsiva para ésta vez ver a quién le salen escamas de avestruz mientras la plebe murmura el típico «que bueno, que bueno» como si de un son cubano se tratara en ésta  realidad en la que uno desmejora en éste blanco cuerpo que el tiempo va redondeando.

El caso es que de una decepción y estrepitosa caída debido a la vejez del material, uno resurge cual Ave fénix con éstos aparatitos modernos que me servirán, siempre que uno tenga cierta inquietud y a la vez tranquilidad apasionada, para despegar y desapegar una vez más los sentidos.

El dicho RENOVARSE O MORIR queda reflejado hasta en un simple zapato con el que algún día puedas o bien pisar alguna cucaracha, o avanzar por un camino en el que aunque CASI todo ya ésta dicho, siempre queda ésta mi voz que pienso utilizar para enfrentar a más de un demonio y cuatro brujas decadentes.

De ésta forma, quedo acorde a los tiempos, tiempos en los que tras dormitar y vomitar, uno se aleja de un escandaloso murmullo de voces y su respectiva acritud que me producen.

Hay pasos en falso y falsos en pasos.

YA MISMO ESTOY VOLVIENDO AL DESCUBIERTO Y DESCUBRIENDO.

ALIMENTÁNDOME. REFLEJANDOME.

BORRACHO DE LUZ…

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