Cuenta la leyenda que cada cierto tiempo al quedarme solo se me va la olla. No es eso, es simplemente que al tener la mala costumbre de hablar solo en público genero algún comentario que siempre me llevan al año 2005 o 2006. No es que yo tenga tendencia a regresar a un pasado olvidado, sino que me lo recuerdan constantemente. Por poner un ejemplo; Hay quien a llegado a verme por la calle y el muy payaso me dice…. «¡Hombre que bien te veo! Hay que olvidar, aquello ya pasó». Curioso que alguien que te aconseja olvidar en la misma frase te lo recuerde. Lo mejor de todo es que de aquel aquello tengo solo frases que he ido escuchando a lo largo del tiempo ya que recordar recuerdo bien poco, por no decir nada.
Como éste ejemplo podría decir mil.
En ésta ocasión por lo menos podía cagarme en su puta madre ya que lo había dicho a viva voz, pero en otras ocasiones solo percibo un leve murmullo lejano que comentan asuntos que ya había olvidado de personas que se olvidan de mi buen oído.
Esto hace que yo al haberme diagnosticado aquella enfermedad dudosa, que en realidad no era otra cosa que las voces reales que comentaban algún asunto que debí exclamar entre la vergüenza, o el llanto, o una en un acto de sinceridad pasmosa, o incluso en una inventiva exagerada fruto de un mal pedo y de estar sometido a un estrés enorme rodeado de gente que en cierto modo subió cuando yo caí, y por éstp no tenga la certeza de lo que realmente he escuchado y la duda me consume, dejando por ello de enfrentarme a quiénn sea.
Cuando ésto sucede, hay quién se atreve ha hablar a un metro de mis finos oídos de asuntos que en un arrebato de ira escribo y publico a modo reivindicativo en la red social facebook.
Esto mismo por supuesto genera más comentarios y en ocasiones las miradas y las palabras en voz baja cortan el aire. A su vez me confirma que efectivamente toda mi locura y mi en su día búsqueda tiene un sentido concreto. Resulta ser el oído lo que más daño me hace, ya que puedo escuchar el murmullo por lo bajini de unos y de otros. A eso lo llamaron esquizofrenia, pero lo cierto es que la realidad es otra. Nada más que las miradas cómplices entre quienes hablan delante mio como si yo no estuviera.
En último caso se les ocurre murmurar en mi propia cara que cuando me quedo solo después de haber estado un tiempo acompañado se me va la olla, pero yo se que hay una raíz en todo ésto y para nada se remonta a la infancia como diría el señor Freud, sino que se remonta al año 2005 o 2006, que después de aquella grabación brutal en la que casi no respiraba, y tras una caída en el liderazgo de la cual algunos se frotaron las manos, debí liarla con mis palabras o mis actos o mus decisiones en un acontecimiento que debió o debe ser tan vergonzoso e incluso de vergüenza ajena que se me escondió o esconde por los siglos de los siglos, sin darse cuenta que para haber solucionado todo mi malestar de golpe solo necesitaba y necesito saber que es lo que realmente pasó o pasa, tendiendo ya ciertas referencias por las habladurías de la gente que he ido escuchando a lo largo del tiempo.
Mi enfermedad se curaría si de una vez por todas alguien me dijera (lo he preguntado) que cojones es lo que dije o hice o pasa para que diera y de tanto que hablar y para que sea escondido de esa manera tan aparentemente bondadosa pero que realmente es de una crueldad brutal y es lo que me ha causado todos éstos años de enfermiza busqueda.
En definitiva, solo necesitaba y necesito saber la puta verdad por muy vergonzoso y duro que pueda resultarme. Mejor eso que éste enterarse de reflejos que el mundo me va tirando.
Por último, y dicho todo ésto, yo no soy esquizofrénico, sino que me hicisteis creer que lo era y eso me genero una duda de mi mismo y de lo que escucho que como resultado da el no afrontar a quién murmura en mi cara por pensar yo que no es real y que en realidad si he escuchado. Me hicisteis dudar de mi mismo y me convertisteis en un ser más débil y en un blanco fácil al que tumbar.
Así que todavía estáis (a mis cercanos me refiero) a tiempo de curar éste malestar que ya dura demasiados años y que no por olvidarme durante espacios de tiempo en los que estoy distraído se soluciona. Prefiero mil veces la verdad de los hechos, que repito no se arraigan en la niñez, ni siquiera en la juventud, sino que su raíz ésta en los 32 – 33 o 34 años que fue cuando se originó algún escandaloso acontecimiento o alguna decisión que insistis es fruto de mi imaginación, como insistis que son los murmullos que algunos sueltan delante mío apoyándose en mi duda de sin son reales o no, y dejándome por ello débil y sufriendo día a día.
No es que yo insista en recordarlo, sino que si el pueblo peca de omisión, frase que bien me grabé en la mente, me gustaría de una vez por todas aunque sea una persona, ya sea a la cara o si lo prefiriera por escrito, describiera con pelos y señales lo que pasa.Algunos datos ya tengo.
Eso me curaría de golpe mi supuesta esquizofrenia y por fin podría descansar y defenderme ante quién me recuerde solo por aquello o por el ahora mismo que escribo.
Otra opción, que doy como más que válida, es que nunca sucediera nada sino que sigue sucediendo. Es decir, que estuviera vigilado constantemente y que las palabras que suelto al viento en mi intimidad en realidad si son escuchadas por alguien, y no me refiero a Dios. Esta ultima opción es la más extravagante de todas, aunque no por ello improbable, y de no ser así, entonces si que mi enfermedad es bien clara, solo que si es tal, es fruto de lo que anteriormente os he relatado, siendo la cura por siempre nada más que la verdad.
Si es ahora, entonces sigo el combate, pero si no es presente y es algo del pasado que se remonta a hace unos 13 o 14 años, que alguien haga el favor de sincerarse crudamente conmigo. De ésta forma quedaré totalmente curado para siempre y a la vez podré defenderme ante más de un hipócrita que desea que siga preso.
Atentamente:
SERGIO ZURUTUZA – COMPOSITOR, MÚSICO, PENSADOR, PROVOCADOR, TRABAJADOR DE LA LIMPIEZA Y SER HUMANO.