Persiguiendo Manías

Inexplicable, como cuando me sorprendo buscando en el ambiente alguna señal que me descubra la verdad. Como en todas esas ocasiones en las que fuimos uno, en las que no nos hacía falta nada.

Inexplicable como todas esas caricias que desnudos nos separaban del mundo. Esas que tarde o temprano nos descubrian la sed.

Pero hoy no sirve de mucho puesto que entre tu piél y la mía hay toneladas de escombro que nos dejó helados.

Aún así persigo manías y me resulta agradable volver a ver tu mirada, esa que ya mira para otros lados.

Quién sabe si las luces de la mañana nos descubran vagando por esa ciudad que nunca nos supo ver.

¿Y quién eres?

¿De donde sacaste esa libre sensación que te atrajo hasta mí?

De cuando en cuando la vida me lanza sombras que perdido encuentro tras algún naufragio existencial.

Saber que la calma dura lo que duran las palabras que no sabré descifrar, como las mariposas no recuerdan haber sido gusano.

Asambleas diarias que me corrompen la voz y la mente en esa inquieta curva de la que es tan dificil salir.

Inexplicable, todo ése esfuerzo que uno pone por no huir, que sin detener el paso te acostumbras a todo.

Me gusta la soledad como me gusta tenerte cerca, y es ésa contradicción la que me mantiene cuerdo, si no ya me habrían comido vivo mís perros del sotano.

Desagradables anzuelos que se estiran en la espalda, cunas de frío y lastre las que se reunen en esos lugares.

Para hoy te presiento libre de ausencias y temores, como los girasoles que buscan la luz mirando al sol.

Perder nunca perdí la batalla que me lleva a la luz y el asombro, ni tampoco me preocupan las vanidades.

Como el agua de río que atraviesa toda la senda siendo dulce y termina en sal, así camino sin descanso hacía lo profundo.

Me alegro de mí sed, y me olvido de la pesada carga que me hacia enloquecer.

Tambien agradecer por haber querido tanto en la fiebre de los corazones que son valientes.

Te veré más adelante, cuando la montaña sea más limpia, casi llegando al mar, entre las piedras del vacío.

Acuerdate, los días se hacen viento, y nos vamos escapando de ésta gravedad que nos tiene pegados al suelo.

Ya escucho llegar a los vivos en esta nueva madrugada de quieta siembra y conciencia de éste presente real y cuerdo.

Que lejos quedó, tan atras que ni siquiera puedo casi recordarlo, por suerto aquí quedó escrito, en las entrañas de éste blog.

Fase 1, que tiemblen los fríos, los avergonzados, que suelten su ira, que bajen del cielo, pués es ahora cuando todo comienza de nuevo, y aquí, en ésta orilla verás pasar a la tierna y bella adilla.

Inexplicable, como cuando siento que soy eterno en el sentir de quién todavía no conozco.

Serenata de los audaces que vivieron con la piél de gallina.

Ya viene el día, debo soñar senderos de piedra y paz.

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