Iba uno tranquilamente lamiendose la frente que cuando llego al ombligo decidió retirarse para rascarse las orejas.
Que éstas de tanto escuchar quedaron afiladas y puntiagudas como algunas miradas que pobladas de rencor arremeten contra cualquier escozor sirviendo de trampolin para todo medellin,
o mejor dicho medallin.
Medallin el que se ponen los obtusos cuando comen y creen haber descubierto el secreto de la vida cual Jesus en la colina discutiendo los placeres del los días.
Pero uno no transigía y le colmaron de profecías para alimento del sabado noche y los martes de madrugada,
acabando en la posada del tio de un bar demente que se lamía la frente y se paró en el ombligo.
Aplaudido por sus huevos quiso hincar el diente en un suculento presente que le llegaba de oriente.
Por eso quedó incrustado en su cerebro domado la miel de sus romerias y dos tetas cabrías.
Si lo ven que va elegante no es más que perchería de quién quiso rocinante poder ser de porquería.
Mientras tanto la doncella supo del cruel misterioso que de un apabuyante esbozo la piel se le enrojecía.
Y es así como un valiente pasó por el bar de en frente para decirle a la gente quién quiera de un paso al frente,
y cual militar borracho se acercó Don Juan Corbacho metiendo su lengua en vaso secó las miradas tibias.
Ahora que ya lo sabes en éste poema absurdo que nadie quiere leer pues siempre hay de buena fe y sonrie por tal placer.
Bamboleo bambolea triple de whisky y pedrea que aquí el que no corre vuela y el que calla se pelea.
CHIM POM
PRRRROOOMM