Serán de oro las raíces cuando llegue el aplauso. Como cuando de niño jugabas vibrando.
No habrá nada que pueda atormentarte. Ni siquiera todo lo escrito en LOCURARTE.
Fuiste lluvia en los zapatos por algunos amigos baratos, pero siempre puedes verte como alguien consecuente.
De la huída un refugio, de la vida un embrujo, será que por fin aprendes a querer tras los Diciembres.
Clavaron su puñal en tu espina dorsal y llegaron los momentos de futuron incierto, más bien se sabe cuando uno es libre, no cuando ello será posible.
Y hoy me encuentro cantando al amor y a mis raíces, siguiendo las directrices de un corazón y sus cicatrices.
La mirada plena, cumpliendo la condena, más bien te hizo la pena si lograste tan preciado emblema.
Que canten pues los ruiseñores, y el sistema se despedace, cuando griten los audaces despojarse de las cruces.
Serán valientes, y enfermos de ira, más sabrás cuando coincida, el corazón y la mente, y el amor de cuerpo presente.
Quiero la vida que fue prohibida, quiero el amor que hoy tengo, quiero la suerte siendo consiente,
y el enemigo fuerte,
para que no quede duda que el poder que siembra ruido, no es más que el puro olvido de los infames destruidos.
Y de viejos ancestros de miradas entre sollozos.
Se sabe cuando en su boca se desnudan los infiernos, pero creedme en desacuerdo ante tanto ruín lamento,
pues son de oro mis raíces y no hay Dios que me las quite.
Vivo más en el futuro, que en el pasado y presente, y vigilo a mi destino con todas las uñas y dientes.
Regresé al buen querer cuando ya no había sed, y te juro que algún día seremos lujo y channel.
Ahora duermes, a mi lado, y me siento como transformaso. Cuando te oigo respirar recuerdo a quién admirar.
Ya no bebo, no me espanto, ni siquiera tengo llanto, pues tan solo me levanto ya sin ningún desencanto.
Ayer fui libre, hoy también, por eso doy mi agradecimiento a todo el que sabe quién soy.
El resto sombras del vino, y recuerdos abusivos, que cuando mire por dentro, tan solo sea aburrimiento, y no oscuras bestias grises ni la sombra de quién dicen.
Estoy alerta, estoy contento, estoy contigo y estoy sediento. Hora de volver a amarnos, con toda la libertad, sintiendo ambos dos cuerpos en uno en la intimidad.
Caricia que hoy regresa envuelta en mi ansiedad, calor de tus ojos verdes para toda la eternidad.
De oro y sueños somos, sin crueles ansiedades, sin miedo, sin dueños.