A veces, en el silencio de un invierno, uno encuentra la soledad serenamente, y es en ella donde nacen todos los proyectos que quizá algún día sean reales. Apartado de la vida que en un principio añorabas, en ese austero, sedentario y en parte merecido estado, recuperas la salud vital de los días pobres pero plenos, entre música y palabras que a uno le sirven de terapia y refugio. El invierno en el que uno crece y madura las ideas, asentado en la experiencia que da aceptarse y aceptar que no merece la pena buscar más allá de lo que uno es capaz de asimilar. Y además, sea lo que sea lo que se encuentre en ese dejarte llevar por la naturaleza de uno, siempre será lo que necesitabas. Siempre será una respuesta a tu propia manera de caminar. En esa serena soledad, aniquilada casi siempre por obligaciones de cronometrados servicios para la supervivencia, es donde se encuentran naturalmente las ideas y las fronteras de la verdadera paz.
Sereno invierno que reflexiona y promete primaveras.
ME GUSTA
Gracias!! Me alegro que te guste. Un Saludo