Sobrebebiendo

La espuma se hizo cerveza pasado un minuto. La mirada se contrajo al verte tan bella y profunda. Y en el quiebro de tu cintura volví a dar un trago con la sorpresa, tu risa. La calma llego cuando volvi a renunciar a los aplausos que devoran con sus ojos. Hace una noche tranquila en esta parte del globo que ni se queja ni se emociona por la represión de los lobos. Ahora ya casi ni veo mientras el deseo me huye. ¿A cuanto está el kilo de abrazo? sesgando tiempo que me queda. Sobrebebiendo de esperanza que atiendo cuando menos puedo. Y feliz por el sueño de los asuntos guardados en cajas de mimbre. Lo se, reconociste al mudo endurecido de hablar. Debajo de la mesa tienes el recuerdo de quien quiso amarte sin disturbios. Ahora me encuentro cuerdo, preparado, desintoxicado de tensiones y falsas emociones. Por fin te veo latir. Como lo echaba de menos. Un poco hinchado de las costumbres, pero no te creas, todavía tengo la capacidad de desatar deseos. No se si de concederlos. Pide uno y lo pruebo. Alianza libre de los dedos esposados. Lamiendo el sudor que se transforma. Acariciame la culpa que ya no existe. Menudo pedo con el alpiste. ¿Seras disfraz o…realmente vida? Recuerdo recordar éste día. Apaga la luz de ésta noche y enciende el color de tus labios. A fin de cuentas…¿que sabe un lobo de horarios?

Arbusto Crower

 

 

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