Ayer por la tarde cometí el mayor de los pecados, ese que se supone que te deja vagando sin descanso en el purgatorio. Ya sabéis a lo que me refiero.
Conseguí por fin quitarme ése aferramiento a la vida por voluntad propia, quité toda luz de mi ser.
Literalmente me arranque la necesidad humana de seguir hacia adelante.
Ayer por la tarde, a éso de las 19 horas, y en plenas facultades físicas y mentales, decidí y conseguí dejar de respirar. Si, como lo oyes, me suicide.
Lo hice por la vía rápida. El tren que tanto esperé en vida por fín pasó, pero pasó arrasando literalmete por encima mío. Mi huesos quedaron destrozados y las extremidades se rompieron, quedando cada una en un punto diferente de la vía ferroviaria. La sangre lo inundó todo, cada rincón y cada piedra, y la poca gente que me vio, aparte del maquinista, ni siquiera se giraron para ver que es lo que había sucedido, sencillamente reaccionaron como si hubiera sido un acto natural. Nadie se preguntó cuales serían mis motivos para hacerlo. Ni siquiera nadie pegó algún grito, ni tampoco movieron un solo músculo.
De mi cuerpo no quedo nada reconocible, bueno algo sí, fue mala suerte la mía que la cabeza, esa que tanto me hiere, quedó intacta.
De ésta forma, pulsando con mi nariz las letras del teclado es como puedo a duras penas comunicarme con vosotros.
Decir que han pasado 6 horas y todavía nadie me ha echado en falta. Lo se porque nadie ha llamado a éste teléfono que tengo junto a mi cabeza.
Eso demuestra que realmente uno puede vivir sin grandes contactos los cuales si te llegara a pasar algo notarían tu ausencia.
Por eso pensé que mi plan funcionaria, sabía que nadie se daría cuenta hasta pasados unos días, incluso semanas.
Y así, lograr en parte desaparecer y mitigar al corazón, con la mala fortuna de quedar mi cabeza con vida propia junto a éste teléfono. El que quiera comprobarlo puede venir a la estación del tren de Herrera situada a unos 5 kilometros de San Sebastian, ahí, a pocos pasos de la propia estación, apenas 10 metros más adelante, se encuentra mi cabeza separada de todo el cuerpo. Crueldad la del destino que me deja vivo con la mayor de mis pesadillas, la cual no logro mitigar en algunos sueños diurnos.
Mi intención no es asustar y si en cambio advertir de una certeza que he aprendido con todo ésto.
Es la siguiente:
*Por mucho que te duela una situación, por muchos infiernos que pases, aunque sientas que no hay nadie que pueda ni comprenderte ni ayudarte, aunque la soledad te apriete los huesos y sientas que no hay nada peor en la vída que lo que te pueda estár sucediendo, nunca, jamás, nunca, hagas lo que he hecho yo con mi vida.
Por una sencilla razón…
LA VIDA ESTÁ PARA VIVIRLA HASTA EL ULTIMO SUSPIRO EN EL QUE A UNO SE LE TERMINE EL ALIENTO VITAL, Y NO HAY TEMOR NI DOLOR TAN PROFUNDO EN EL MUNDO QUE PUEDA QUITARTE LA SENSACIÓN DE ESTAR VIVO Y DE SABER QUE NO HAY NADIE EN ÉSTE NI OTROS PLANETAS QUE SE PAREZCA A TI.
Y ES SEGURO QUE TRAS LA DISTANCIA QUE PUEDAS PERCIBIR CON RESPETO AL MUNDO, SIN DUDA ERES MUY NECESARIO PARA QUE EL EQUILIBRIO DE TODO EL UNIVERSO TENGA SU EFICAZ MANERA DE RECORDARNOS LA GENUINIDAD Y LA AUTENTICA MANERA DE PERMANECER.
Sin más historias, voy a ver si encuentro por ahí el corazón, que es seguro fuerte y audaz y habrá sabido sobrevivir al impacto, ya que heridas y cicatrices peores llevaba ya desde tiempos atras encima.
Ahora, con vuestro permiso voy a desconectarme por un tiempo. Recuerda solo una cosa, la imaginación es libre, y mezclada con dosis de pasión puede resultar ser un arma muy poderosa que te abrirá las puertas de tu constante renacer diario y, a la vez, con ella y un poco de praxis se puede, aunque nadie lo cree, cambiar el mundo.
Eso sí, no dejes que se ponga en tu contra, no dejes que la imaginación te utilice a tí, sino más bien todo lo contrario.
Chao