Aquí, silenciosamente, permanente y sin el ruido, en estas palabras que transitan la noche me refugio sin esperar, tan sólo tú das sentido a mis promesas, después de haber coincidido en este momento de vida.
Necesidad de verte frente a mí con la única certeza de quererte y los pies descalzos. Intentando dejar a un lado el absurdo de mis defectos que procuro corregir, y saber que somos a pesar de los problemas y de la soledad en la que nuestros días nos enseñan que es real lo que sentimos.
Distancia que nos detiene en el caminar.
Sólo agradezcerte lo que haces por mí.
Sin nadie con quién hablar de tú sonrisa que sé te cuesta los días en estos momentos que intentas avanzar hacia tú próxima parada, pero estoy seguro que no hay poder que impida que realices tus metas y encuentres ese hogar.
Y que la vida nos guíe hacia futuros en los que nos despierten siendo uno. Quizá parezca complejo cambiar de rumbo tan lejos pero sabré cuidar de tú presencia y tú flor.
No hagas caso de lo que no merece y ten siempre esa fuerza que de sobra te sostiene en un presente en los días de mís noches que me acuerdo siempre de tí.
Y podré presumir de contar con un alma buena que supo callar mís penas y el vacío que hubo en mí. Y llenarte.
Espero sabré cuidarte que aunque el mundo por delante me deba llevar no pienso parar hasta lograr besarte.
No es este de mís mejores textos, y tampoco quiero perderlo, para cuando llegue la mañana puedas leer mí llamada que no es más que mí forma de decirte que te siento.
Abrazo tús ojos que me mirán de forma distinta, me acuerdo dormir en tú espalda con mis sueños tranquilos.
Llegó la calma y te encontré, o te encontré y llegó la calma, y aunque no sé si es merecido sé que soy afortunado.
Pronto te abrigo en este invierno nuestro para quererte por siempre y darte vida, nunca herida.
Saborear contigo la esencia y regresar con el alma llena, pues voy a sembrar miles de lunas llenas entre tú cama y tú piel.
Recién te estoy recordando en la noche y… ya sé que puedo volver a volar hacia el Sur.
Paz y suerte,
tenerte…
verte.
Refugio de mís errores compensados.