Un sueño de humildad

La niebla me dijo que se quiere ir de esa sensación de vacío provocada por el tiempo, y yo le dije que tuviera paciencia para más adelante encontrar a todas las personas que perdió en una. Aunque yo, siendo bruma estoy igual, tan disperso en el ambiente que apenas puedo reconocer las miradas que ya no veo. Niebla dice que son los hijos los que le atan y le hacen debil a uno, que aún queriendo olvidarse jamás podría liberarse. Casi puedo entender la espesura de un sentimiento tan profundo, aunque no esté yo hecha para tal.

Niebla y bruma se mantienen en la realidad que dan los momentos en los que ya no hay mucho que decir, si bien saben de sobra que en cuanto aparezca el viento sur ambos desapareceran en un silencioso respirar.

A niebla le invade el futuro, que espera repleto de algo diferente, y bruma cada vez más debil intenta buscarle el sentido a un día a día que solo le satisface cuando está ocupada en absorver creatividad y desprenderse. Los dos tienen claro que nunca serán eternos, y a la vez ya va siendo hora de retirarse mientras el sol aguarda.

Las calles ya ni presumen cuando niebla siembra el hogar y la inocencia, y bruma tan fugaz no le encuentra el gusto a los amaneceres. Casualmente uno está cuando le hace falta al otro, aunque nada tenga de casualidad.

Por ahí viene el viento que les hace viajar, aunque puede que a destinos diferentes. La prueba de que no es facil mantenese en la quietud de tantos días abrumados por la niebla. Ahora toca buscar que hacer en los recursos de la ciudad, quién sabe si en ella encuentren todo lo que no tienen. Cabe esperar a ese sol de primavera que los contagie de ese fervor natural, y con el tiempo la espesura se convierta en alegría para dos estados de animo que se involucran mutuamente.

Es posible que a niebla le cueste abandonar el libre transitar de los días, pero a bruma eso le da la paz necesaria para seguir. Mañana tendrán respuesta los asuntos del olvido, que tan fuerte venga la luz del sentido más optimo.

Niebla dice que se iría, bruma dice que ya se fue, y perdidos en el silencio se desvanecen ante las fantasias de un encuentro. Habrá de llover primero para con más fuerza florecer en la distancia.

Ahora niebla lo siente, se da cuenta por si misma, justo cuando bruma intenta no rendirse ante la cotidiana manera de ganarse la vida.

Creceran nuevas las flores de un invierno aburrido que por no ser trascendente se es menos libre. Niebla empieza a sonreir, las cosas que nunca supo le vinieron buenas, y bruma por fin descansa en ese aliento vital de su sonrisa.

Querida niebla, nunca olvides que esta bruma un día salio a la calle por verte pasarlo bien, y que cuando el sol caliente y nos haga invisibles recordemos que su calor traera flor y aire fresco, cuando las alas de la ciudad despierten de su invernal letargo.

Así bruma lo presiente, como cuando se lo inventa, que de vida y de dar vueltas nos hacemos moribundos, pero niebla sigue inquieta por la semilla de su amor, que si bien le da alegría también le priva.

Bruma también lo sabe, por eso se va a escondidas, para que el viento sur le baile en un sueño de humildad.

ZIAN (Orchestral Version)
XUXURLAK

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