VERDE Y MIEL

Un día cualquiera, en uno de éstos despertares a la cordura, estoy seguro encontraré en ti todo el saber y toda la compañía que hoy me da el silencio, y no costará nada reconocer que todo fue un aprendizaje hacía la calma de los días sin el esfuerzo de no caer.

Un día cualquiera, cuando el verde de unos ojos hagan juego con el entorno, comprenderás la parte de miel de los mismos.

De ésta forma, bajo un sol tras la tormenta de un Miercoles, terminaras  por creer que todo nos lleva hacía la imperfecta pero brillante relación que guardan nuestros sentidos más solidarios.

Desde un planeta diferente, entre los huesos de un naufrago viejo y herido aunque solemne en su cometido.

Un día cualquiera, dejaré de trepar hacia el olvido que me dejaron todos los finales. Esos que siempre me llevaron al inicio.

Y ahí estarás tu, sabiéndote ya dormida, bajo el recuerdo de los sonidos eternos.

Un día cualquiera, en uno de estos días,  puede ser cualquier día.

 

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