Hay veces, y veces…
Los locos se inundan por el sentir de la soledad empática de los rechazos. Y los enfrentamientos sometidos son producto de un corazón que late. De mil quilates los esfuerzos en noches y noches de guerras en paz. Sin dejarse naufragar por los espantos. Y el pan se convierte en miga cuando la espina produce indiferencia y venganza. Las viejas cunas se espantan de los adelantos de una evolución necesaria para la atroz naturaleza que nos trajo. Y tener un trabajo que ayude a los parásitos recuerdos de libertad. Así, sin paz se nos reconoce más. Enjambre de buitres lameculos de lo no cierto. ¿Quien se quedo dormido anoche en un retiro sin flores? Intentaremos no odiar por mucho que nos obliguen con su tendencia de enderezar el bello y pacífico impulso de un nacer y renacer constante. Quien quiera que se abrace a los reproches. No cuenten conmigo los por aburridos quieran sentir y nunca han sentido. El olvido no nos es suficiente, ni la más oscura muerte. Aparentes desnudos incompletos de la espesa bruma que abruma. Iros confesos a los sucesos de vuestra creencia llena de razón y razones. Las sin razones suelen llevar un corazón valiente de tanto ser. Indispensable ser ante uno mismo. A la falta de olvido recurres en busca de reconocimiento. Escarmiento de peces en tierra. De Norte a Sur buscando un suspiro. Y los mendigos son de otros. Hacer y deshacer encuentros sin necesidad de ser complacido. Qué descuido descuidarse en amar. Viajeros de una falsa paz que no sufren por nada. Amantes de ninguna mirada. Es importante mirarse y mirar…y que quien quiera te mire. Aún pareciendo en declive…