Aunque deba llorar primero

Así, sin pensarlo, te lanzaste, te atreviste a conocer mí pequeño mundo de golpe, con tan solo tú confianza y tú corazón que laten a mil por hora por esas autopistas que siempre te llevaron hacía los encuentros, con la valentía de quién deja su egoismo a un lado para simplemente dar a cambio de nada, aunque sí creo que recibieras lo que buscabas, y de pronto, ya eres parte de mí vida, a pesar de la distancia, sabiendo yo de sobra que tal vez uno no fuera lo que se espera, careciendo del mimo suficiente como para corresponder a un ser tan hermoso, alguien que se atreve a llenarse el alma con el corazón y con la vida, que apenas tiene quejas de lo malo que le pueda haber sucedido en el camino, alguien que trajo una vida al mundo y se hizo cargo a solas. Sin duda alguién fuerte de espiritu que estoy seguro derrumbará mis armaduras impuestas por mí propia estupidez, que sin saberlo voy perdiendo cada oportunidad que se me presenta, y no quisiera cometer nuevamente el error de no saber corresponder a alguien que es capaz de querer a un ser complejo y solitario. Por mí parte me esfuerzo en dejar de sentir con la cabeza y empezar a pensar con el corazón, pero es complicado para mí, si bien no me abandono ni me resisto a quererte como tú mereces.

Seré un imbecil si no soy capaz de controlar mí mente y dejo que lo estropee todo. Casi me había dado por vencido en los asuntos del nosotros, precisamente por qué siempre busco esa explosión de juventud que debo dejar a un lado, aunque eso no signifique que no ame la belleza de tú ser que tan poderosamente se expone ante todo lo que alguien como yo representa. ¿Seré capaz de darte lo que te corresponde?, esas, esas son las dudas que hacen que siempre lo joda todo, y no estoy dispuesto a dejar que pase nuevamente.

En realidad me hace falta llorar contigo para alcanzar el estado en el que mí espiritu se abra, ese estado en el que vulnerable puedas aniquilarme y por contra no lo hagas, pero la cadena que sujeta el candado está hecha a base de desencanto y horas muertas, que será sí no pudiera yo romperlas para abrazarte los huesos, para desterrar mí egoismo y vivir junto a una persona como tú. No pienses que no siento por qué no sepa expresarlo, o no sepa hacerlo como tú lo esperas, aunque tampoco creo ya en cuentos de hadas.

Te querré en lo profundo de mis virtudes que parcamente consigo regalarte, en las manías que podamos llegar a compartirnos, y en todo lo que sea nuestro. Nuestro, no estoy acostumbrado a ese sentir, en parte por haber perdido tanto y, en parte por mí oculto padecer, pero voy a enfrentarme a todo eso que hizo que enterrara mí corazón y, con tú ayuda, espero, vamos a rescatarlo para que le haga compañía al tuyo, ese que tanto valor tiene y tan bién sabes ofrecer. No será facil, y me culpo por ello, pero estoy convencido de que tú puedes destrozar todo el cemento que llevo encima, y perdón si suena oscuro o tal vez despiadado, creo que a la vez suena sensato y preocupado.

La distancia me dará la respuesta, y serás consciente de que tardo, pero tal vez puedas esperar a un hombre caído que se acostumbró a su nariz, tal vez juntos podamos dejar de caer en el abismo, el tuyo y el mío. Intentaré ayudarte a que me ayudes y ayudarnos a mejorar las imperfecciones de las realidades opuestas, de ese modo lograré rescatar en mí todo lo bueno que veo en tí. Y querré que estés viva por sentir, y querré que te merezca la pena, si es que la pena nos deja.

No lo olvides, soy como un arbol solitario, pero… no hagas mucho caso de lo que te escribo, pués se jugar con las palabras y no con las personas, así que aunque te suene extraño, aunque no te complazca como mereces, sabe bien que todo es y será con la mejor de las intenciones, y tal vez, si te quedas, si me quedo, puedas enseñarme a vivir, enseñarme el origen del amor, ese que tú bien conoces, ese que un día ambos perdimos en algún momento, dame un tiempo, sabré buscarte, sabré que eres tú, sabré del sabor de tú recuerdo que me invade y me resucita hacía la alegría, aunque deba llorar primero, aunque sea un torpe hechicero que dejó de jugar.

Aprenderé…

Aunque deba llorar primero…

Aún así…

Lloraré de amor…

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