El fútbol

El fútbol, que cosa más contradictoria me pasa con el fútbol. Primeramente os dejaré un texto de mi amigo Eduardo Laboa, y luego la respuesta que yo le he dado según mis vivencias y según mi mente pero también mi corazón, que todavía no se si es mi mente o es mi corazón quién gobierna y ha gobernado mi ser en cada uno de mis actos, imagino que a veces una y otras veces el otro.

EL siguiente texto es la reflexión, relato y poema de Eduardo Laboa con respecto al Fútbol…

¿En qué se parece el fútbol a Dios? En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen al mismo tiempo muchos intelectuales. Para muchos de estos últimos, el fútbol se funda en la certeza de que la idolatría de la pelota es la superstición que el pueblo merece. La plebe piensa con los pies y el instinto animal se impone a la razón humana, la ignorancia aplasta a la Cultura, y así la chusma tiene lo que quiere. Pan y circo, circo y pan: hipnotizados por la pelota que ejerce una perversa fascinación. Y cómo decía el escritor británico Rudyard Kipling, así las almas pequeñas pueden ser sacrificadas por los embarrados idiotas que lo juegan, como anestesistas de conciencias.


Mas quierase o no, crease o no, el fútbol es y sigue siendo, una de las más importantes expresiones de identidad cultural colectiva, de esas que en plena era de la globalizacion obligatoria, nos recuerda que lo mejor del mundo está en la cantidad de mundos que el mundo contiene. Y hasta el marxista italiano Antonio Gramsci lo elogió en su momento al señalar al fútbol como un reino donde la más alta lealtad humana es ejercida al aire libre.
(La Cancha)
Libro de Eduardo Galeano.

Ayer noche el Athletic se proclamó Campeón de Copa, en una final vibrante que se decidió en la tanda de penaltis. Costó eso sí, más de lo deseado, y es que más de un aficionado rojiblanco tenía la certeza de que sin jugar el partido, ya la habían ganado, en un signo claro de supuesta superioridad y también de cierto desprecio ante su adversario, el Mallorca, quien fue digno rival e igual merecedor a ese premio. Y es que en la vida, las cosas no han de darse por seguras hasta que se consiguen, sabiendo además, que la mayoría de las veces, no se obtienen sin previo sufrimiento y que siempre han de ir acompañadas de una buena dosis de humildad, antes y después de la victoria o del fracaso. Y la de ayer, para muchos fue una noche feliz, mas para otros supuso una de dolor. Es como bien definió el entrenador del Mallorca, Javier Aguirre: «fue una final cruel».
Como la vida misma, unos lloran y otros ríen…

«Por el río Nervion bajaba una gabarra, tralararara…!
Canción popular esta, que aprovechó con gran acierto, el que fuera gerente del Athletic, Fernando Ochoa, para proponer al club que el equipo paseara por dicho río
el título de Campeón de Liga de ese año 1983, y que se repitió al siguiente año con el doblete de Liga y Copa conseguidos con Javier Clemente como entrenador.


Y así el próximo viernes, transcurridos 40 años de esos acontecimientos, veremos de nuevo navegar esa gabarra por la ría. Siete kilómetros de trayecto entre el Puente Colgante y el de San Anton. Acompañada por traineras, barcos pesqueros, motoras y todo tipo de embarcaciones a remo y a motor desfilarán triunfales los jugadores con la Copa. Y a ambas orillas, miles y miles de hinchas que agitarán sus bufandas y banderas rojoblancas al viento, para aclamar a sus héroes, que seguro se sentirán empequeñecidos ante la magnitud del acontecimiento. Y es que pocas veces hay una celebración tal en el mundo del fútbol de semejante grandiosidad ante una victoria.


Y es que, como dice Galeano, el fútbol es bastante más que esos escenarios de violencia que vemos con frecuencia; más que una fuente donde se manejan grandes cantidades de dinero y más también de algún que otro prestigio político. El fútbol es aparte de todo eso, un espacio de expresión para la pasión y la belleza, donde los invisibles se hacen visibles por rato y hasta las hazañas se hacen probables para los pueblos y los hombres más pobres incluso.


ZORIONAK Athletic!
A disfrutar del título!
Si la envidia es sana,
sin rencores,
no sabeis la envidia
que hoy nos dais!

GOL BATEN ERRADIOGRAFIA

Baloia geratzen da
airean, esekita.
Bira eta bira
bere buruari buruz…

Hanka bat desegiten du
bere arkua.
Eta maisuki
hedatzen da,
instean egiten
duen bitartean
larruzko esferarekin
eginez kontaktua.

Bere ibilbidea
aldatzen du,
eta momentuz
konbultsionatu egiten dira
markoaren sareak.

Aldi berean,
entzuten da
burrunba bat
estadioan.

Milaka ahots
garrasika, saltoka,
astintzen ari dira…

Gola
sartu da.
Bizitza
ederragoa
bihurtzen da,
kolore arrosa!

RADIOGRAFIA DE UN GOL

El esférico queda
suspendido en el aire.
Gira y gira
sobre sí mismo…

Una pierna
deshace su arco
y se extiende con maestría,
mientras el empeine
hace con la esfera de cuero
contacto.

Cambia su trayectoria,
y al momento
se convulsionan
las redes del marco.

Al tiempo
se oye
un estruendo
en el estadio.

Miles de voces
gritan, saltan,
se agitan…

El gol
se ha consumado.
La vida se vuelve
más bella,
color rosa!

Y esta otra es mi reflexión a modo de respuesra…

Primeramente a mi la devoción que muestra el pueblo por el futbol, y el que se tache a futbolistas de genios, me parece de una falta de cultura aplastante, es más, me parece que sirve más como desahogo de todas las frustraciones que de un valor preciado en alguno de los sentidos.

Creo que sencillamente el fútbol ejerce un papel clorofórmico, como los telediarios que nos invaden de malas noticias (algunas totalmente reales, pero otras tremendamente explotadas y exageradas), y con ello dudo que nadie pueda plantearse poder ser feliz al ver tanta miseria. Me parece que es precisamente ese el papel de tanta mala noticia. Y en el lado contrario el fútbol, como parte de algo poditivo para las masas. Estos dos factores (Fútbol y Telediarios) hacen al pueblo manso e incapaz, ni de ser completamente libre y feliz, ni de tomarse la vida con la seriedad que requieren semejantes ráfagas de malas noticias.

Pero el caso es que el fútbol, siendo lo simple que es, da eso, alegrías simples y rápidas, aunque conozco a grandes intelectuales que son seguidores fervientes de su equipo y de este deporte. Para mí no es más que un juego que en realidad mueve mucho dinero, en el que no solo los que lo juegan son más ricos que la media, sino que las apuestas deportivas y todo ese mundo que hay detrás tiene mucho que ver a su vez con su éxito. Es más, la TV por la noche está plagada de anuncios de casas de apuestas, convirtiendo a millones de personas en ludopatas a través del fútbol.

Pero por otro lado, en ese sentir y fulgor del fútbol, se encuentran seres queridos, algunos muy muy queridos, y lejos de ser alimento para idiotas, en ellos veo que el fútbol es fuente de vida (como en todos los aficionados supongo), y hace la labor de llevar la vida con algunas alegrías que bien son merecidas. En este punto de vista me veo contrariado.

Por mi parte, en cuanto a mí, intenté un año ser forofo de la Real, y la verdad, quería creerme la alegría de un partido ganado acompañado de amigos y unas cervezas, pero en lo más profundo de mi ser sabía que ese no era mi lugar, y que me estaba montando un mundo de excusas para intentar ser alguien normal, cosa que no conseguí ni aún esforzándome mucho. Por lo tanto, a mi modo de ver, sí, el fútbol es como se dice entre intelectuales el ophio del pueblo, y en mí no produce ningun sentir si la Real gana o pierde, por no hablar de que siempre se juegan la liga entre los que más dinero tienen, pero cuidado, me da respeto el criticarlo ligeramente, pues mi Amuna, por ejemplo, con sus 87 años, sigue yendo al campo ilusionada, y es una ferviente seguidora a la cual el hecho de que la Real gane le da años de vida, en ella el fútbol hace un efecto muy positivo, y aunque como he dicho, a mi el fútbol me la sopla, si que quiero que mi Amuna sea todo lo feliz que pueda ser, aún siéndolo con un deporte en el que 22 millonarios le dan a una pelota para meterla en la red, aunque el pueblo se juegue en apuestas lo poco que tiene mientras esa banda de millonarios endiosados viven en otra liga de vida muy superior a las vidas de los que les dan de comer.

Así que llego a la conclusión de que no estoy ni soy capaz de engañarme con el fervor del pueblo, ni tampoco soy partidario de la pedantería de algunos intelectuales al decir que es un deporte para idiotas, supongo que existe porque tiene que existir, sin que para mí tenga la más mínima importancia salvo el hecho de que (aunque a veces no lo parezca) quiero profundamente a algunas personas, pero quitando el detalle de mi corazón con respecto a personas que vibran con el fútbol, para mí, honestamente (y habiéndole dado la oportunidad de convertirme en alguien normal y engancharme), el fútbol no significa nada en mi vida, podría vivir si su existencia perfectamente. Es más, creo que el ser humano es capaz de apasionarse por cuestiones más elevadas o más gratificantes y más provechosas, y, a su vez, me niego a ser yo el endiosado y decir que el pueblo es ignorante, aunque lo sea.

Por lo tanto el fútbol para mi es fuente de contradicción.

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