Es así, la indiferencia es una forma de odio. Se dice que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio, y efectivamente me encuentro entre dos caminos posibles como respuesta a tanta indiferencia y tanta falta de aprecio.
Camino 1:
Darme realmente por vencido y dar la razón a todos los hijosdeputa que me he encontrado en la vida, los cuales se han empeñado en hacerme sentir y creer que soy un profundo fracaso, y no solo eso, sino que además como persona dejo mucho que desear, pues según han llegado a decirme las palabras que meto en algunas de mis canciones o las que he publicado alguna vez en redes sociales son todas con mala intención y voy directamente a hacer daño a las personas, y, por supuesto, mi obra no es más que un fraude por haberme válido de sonidos MIDI e instrumentos virtuales, a pesar de haber creado música para más de 80 músicos que la interpretaban junto a mí y de utilizar los instrumentos que yo mismo se tocar. Que a su vez es una música simplona carente de inteligencia alguna y mucho menos emoción. Sencillamente no soy más que un descerebrado al cual le gusta hacer daño a la gente, no solo con mis palabras, sino con algunos de mis actos que son sabidos y que para nada he terminado de pagar. Simplemente soy mal músico y a la vez mala persona, de ahí la indiferencia que soporto de casi todo mi entorno y casi todos los y las que han pasado por mi vida.
Debería creer que esto que escribo es la absoluta verdad y que precisamente cada uno tiene lo que merece en la vida y yo no merezco más que esa falta de aprecio, que debo dibujar en mi rostro la caricatura de un auténtico cabrón en el peor y más despreciable de los sentidos.
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De sobra sé que, por algún motivo, mi vida es totalmente pública, y es constantemente juzgada por mis actos, reflexiones e incluso pensamientos. Y como tal hay tanto gente que me admira como que me odia, y por supuesto los hay que me ven y sin decir nada desean que me vaya bien el la vida como los hay que desean que mi vida, o por lo menos mi sentir, sea el de un fracasado egocéntrico prepotente a la vez que falso y mentiroso.
Pero entonces llega el momento del segundo camino de lo que solo yo sé,
Camino 2:
Es el momento de dejar claro que desde hace ya mucho tiempo se me fueron los pájaros de la cabeza y mi única ambición es conservar un estado de paz que logró en 2 situaciones, una, creando, ya sea música o este mismo texto, y otra, con el amor, amando y siendo amado, dando, regalándome y también recibiendo mucho, que realmente soy un privilegiado por el hecho de estar en este momento donde estoy con todo el tiempo del mundo y con la mejor de las personas que podría tener a mí lado. Que mi supuesta locura no es más que un invento de quienes quisieron ver hasta dónde era capaz de llegar y, que a su vez, de sobra sé de mi capacidad para crear tanto maravillas sonoras como auténticos infiernos, que tan solo es cuestión de tiempo y que en breve seeá hora de centrarme en la creación para que tras un desvío en el camino improvisado, el cual me ha proporcionado libertad, muestre a todos esos que no hacen aprecio, que realmente la fuerza está en mí y que puedo utilizarla en cualquier momento, que si bien no me atrevo a decir que mi llamalo don (como el de tantos) sea infalible y totalmente eficaz para con las emociones del ser humano, si puedo atreverme a trabajar duro bajo la mirada de todos ellos y crear algo que aunque nuevamente sea ignorado por el mundo, estoy seguro va a ser absolutamente bestial. La belleza, la imaginación, la pura realidad, la rabia, la euforia, la felicidad, la profunda tristeza, la vida y el sacrifio al servicio una vez más de la música lograrán unir pasado, presente e incluso futuro, con la incorporación de nuevas texturas, melodías y ritmos capaces de callar todas las bocas de una vez por todas. Además de continuar en una vida humilde sin grandes efectos especiales y con la certeza de estar en el camino correcto hacia una muerte que no me acobarda, junto a quién tiene el valor de acercarse a mí y a su vez es capaz de quererme con todos mis defectos y virtudes, a pesar del mal que me acompaña debído a un juego cruel en el que tan solo puedo perder, pero que juro que hasta que muera toda fe en mí y en el triunfo de las verdades que tiernas se demuestran con el paso de cada silencio no volveré a caer.
Por eso no hay termino medio, me odiarás o me amarás, y por mi parte pondré todo para que ambas cosas sucedan al mismo tiempo, por la simple guerra en la que nadie da la cara y mucho menos entiende. Seré un loco libre antes que un cuerdo preso.
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