Es tremendamente enfermizo la obsesión que tiene el ser humano por vivir según el trayecto que recorre la tierra en busca del oh rey sol de los cojones. Me refiero a que toda la puta humanidad se rige según el astro rey, llega hasta tal punto la obsesión que no contentos con vivir el dia a dia según éste, todavia dependemos de él para sacar a los niños a que se vuelvan locos fuera de casa, quiero decir, los dias lluviosos, esos que a mí (no se si debo pedir perdón por ésto) me encantan, son una autentoca putada para todo aquél que sea poseedor de alguno de esos locos bajitos, ya ni te cuento si son más de uno. Pero ahí no queda la cosa, sino que por si no cascara el sol lo suficiente (que de hecho al paso que vamos nos vamos a tostar pero bien) el ser humano se empeña en ir a esos espacios arenosos llamados playas para precisamente exponerse de una manera brutal al astro rey, o en su defecto a las míticas piscinas o incluso el no menos concurrido (aunque éste más sombrio) rio. La obsesión llega a tales puntos que la gente modifica o planea sus viajes a sitios paradisiacos en busca del solecito, que es como si estar bajo sus rayos te diera un estatus social mayor o vivieras una vida más feliz, exceptuando el punto de que el sur siempre ha sido más pobre que el norte en casi todos los aspectos.
Vacaciones y cruceros por las costas en busca de oh rey sol de los cojones con el fin de disfrutar de por lo que se ve el frío que llevan en sú interior, que si la cervecita, la sangría, la sidrita, el gazpacho, el daikiry, margarita, tinto de verano y el heladito para los más peques. Todo un universo en busca de oh rey sol de los cojones que ya verás cómo al final nos termina matando.
Por si esto fuera poco los blancos quieres ser negros, pero no negros negros, es decir, el tono justo estipulado cómo canon de belleza superior, y ésto amigos se consigue o con el sobrevalorado solecillo, o con unas maquinas que lo simulan y te dejan el cuerpo en el tono deseado. Además, para que oh rey sol no nos moleste a la vista, tenemos un complemento de cristales oscuros (ya sabéis) con los cuales la gente aparte de mantener su ojos a salvo, a la vez, esconde sú mirada al resto y piensa que les aporta un aire más juvenil y moderno que en cualquier caso se les nota en los andares.
En fin, una humanidad enferma en busca del calor (bochorno) que caliente sus bienpensantes cabezas en honor a la diversión que supone (para adultos y pequeños) la exposición a oh rey sol de los cojones.
Personalmente debo decir que si bien el sol es necesario, el agua que te voy a contar, yo disfruto de esos días lluviosos en los que por algún motivo la peña está pelín agobiada (supongo que unos por tener que aguantar a sus propias fieras en casita, y otros por no poder tostarse el cuerpo serrano para adquirir ese tono deseado) y que tanta paz espiritual me generan, en parte por no tener que soportar el murmullo de cacatuas y loritos varios en frente de mí humilde ventana, que aunque derecho tienen todo el del mundo, también habría que medir los decibelios cómo cuando a uno le mandan a la guardia municipal a casa (o viene el vecino directamente) por poner una normalmente bella y armoniosa música sin la cual un servidor no podría seguir vivo. Pero esto es una cuestion que a todos esos admiradores del oh rey sol de los cojones se la sopla. De hecho, no tiemen ni puta idea, ni quieren, ni les interesa, saber el atroz malestar que puedan causarle a mí en teoría enferma cabeza, que hay veces que despierto y me parece que tengo una manada de avestruces parlantes de fiesta en casa.
Dicho esto, te puedes hacer una idea del grado de aparente amargura que puedo llegar a escribir, pero faltandote un dato muy importante, que es que poseo un humor cabron que no te puedes hacer una idea.
Oh rey sol de los cojones que estás en los cielos, agase tú voluntad y más pronto que tarde frienos cual alitas de pollo en la sarten. Supongo que el Covid-19 al lado de tú poder abrasante, el cual llega a cambiar tanto para bien como en mí caso para mal los estados de animo será de tal magnitud que llegará un dia en el que mí alegría en los días de lluvia será un bien común y a nadie le importará mojar su preciado cuerpo bajo una lluvia tras meses de exhaustivo y preocupante calor infernal.
P.D.
Que manía de poner al sol sonriendo y en cambio a la humilde luna más bien triste. Me imagino que es porque por parte del oh rey sol de los cojones es para descojonarse.
El verano, no aguanto el verano…