LIBRES

Dejaremos que la ciudad nos guíe y así tal vez recordemos cada susurro, que si se nos encoge el alma se nos agrande la sed, y que por las manías nos descubra la noche entre el calor de los cuerpos y el equibrio de la mente. Puede que de ese modo nos cambien los presentes, como cuando te sorprenden las olas del mar en un día de lluvia . Y los sabores serán complices de nuestro encuentro para que si volvieras supieras reconocerme. No estoy seguro de nada pero… me atrevo a intentarlo, de que modo sino sería mirarnos por dentro. Tocarte la piél supondrá la corriente que entre miradas fervientes nos deshace el pensamiento y pudiera ser el fuego de una hoguera tierna. Amar amor sin perder la cabeza, sin posesión, sin certeza. Con la única verdad absoluta que pueda existir, aquella que te trajo hacia mí. Serán las horas de un invierno las que de verde intenso nos dibuje. Y si no sucede el embrujo seremos aún como el flujo de un rio que amanece recién llegado al océano. Libres…

Corazón

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