Es esta vida, que de cuando en cuando se antoja triste. Triste ya no por mi, sino por la vida de personas que viven atrapadas en una relación y un trabajo en los que para nada son felices. Una vida sin vida, sin motivaciones y dando explicaciones por todo. Eso me ha traido la pena hoy.
Mi vida no es que sea de color de rosa, pero por lo menos tengo mí pasión por la música y a una persona especial a la que amo y me ama. Pero a mi alrededor solo veo insatisfacción, conformismo, vacío, vidas sin emoción ni cariño ya, esas vidas a las que llega uno por inercia y que no saben escapar de ella, ya que uno depende del otro y el otro depende de un trabajo que a duras penas gana para pasar el mes. Y se acentúan las mentiras y se esconden secretos que a saber de donde vienen y a donde van. Es triste, personas que han dejado de soñar y se han quedado quietos en la infelicidad, en la rutina, con tan solo algunos momentos pasajeros en los que el uno sin el otro, sin que lo sepan, llegan a encontrar uno un sentido en el juego apostando de vez en cuando en juegos deportivos con lo que se puede permitir y, la otra sin salir de casa y sin relacionarse en absoluto, consumiendo televisión basura durante horas.
Vidas apagadas sin un solo beso ni caricia, vidas que se ocultan la verdad con el único fin de no tener que pasar por el trago que supone el abandonarlo todo o abandonarse el uno al otro, ya que aunque el pasado estuvo bien, ya hace tiempo que en el presente solo hay hapatía y desazón, y el futuro no se ve más allá de un golpe de suerte en la lotería, que tal vez, seguramente, sería lo que hiciera que dejaran de estar juntos.
Sé que a mí no me pasará, o eso creo, pues mi naturaleza es estar constantemente buscando y para nada estoy atrapado en ningún lugar ni con nadie, soy un tio con suerte que encontró una mujer apasionada y con un corazón enorme que sabe entender cada gesto y cada día en el que por lo que sea, por momentos como este, puedo yo sentirme triste, al igual que yo la comprendo a ella y se que sú vida no es facil, pero conserva amigas y tiene a sú crio… y me tiene a mí, un soñador que observa y padece por darme cuenta de esas vidas que acabo de narrar.
Sencillamente uno debe continuar, pero no a cualquier precio, no dejando de tener ilusión ni ganas de batallar en esta vida injusta que tan solo para unos pocos guarda momentos inolvidables. Por eso sé que a mí no me pasará, ni por mí ni por ella, serémos capaces de mantenernos ilusionados por mucho que la rutina y los problemas pongan trabas en nuestro camino y a nuestro amor, y la música, esa que jamás me abandonó y que tanto me da. Por eso quisiera que mi alrededor tuviera la dicha que encuentro yo en los momentos en los que música y amor se funden en un abrazo y se comprenden para quién sabe cuando continuar creandola a sú lado. Y tener fechas marcadas que nos hagan felices, y saborear la compañía libre y la complicidad, sin secretos ni mentiras.
No me gusta ver a la gente vacía, sin aspiraciones, escondida, mintiendo y mintiendose. Es triste, nadie merece caer en esa carcel sin cielo, sin sentir, sin gozar, sin saber que en la vida es la actitud la que te guía, el temperamento el que te mueve, el riesgo el que se afronta y el amor que permanece.
Bueno, se ve que escribiendo esto he olvidado ese sentir de empatía triste que me ha invadido por un momento al observar mí alrededor. Deseo que la gente tenga motivos de sobra por los que luchar y por los que comerse a besos cada día. Un simple gesto, una palabra, una caricia, una charla, un beso sincero, una vida…