FELIZ HASTA QUE TODO MUERA

Y así, como cuando no lo esperas llegaste ha este rincón que habito, este pequeño espacio que guardo desde hoy para tí.

No podría haber imaginado tanta luz ni tanta alegría, y es que tan solo tenerte cerca es un premio que no se si merezco.

Así has llegado a soportarme en esta mañana que hemos compartido, este instante de sexo y ternura tan perfecto.

No te apures, no tienes que quedarte siempre, de sobra estoy acostumbrado, tan solo la fuerza de nuestro encuentro es suficiente para dejar a un lado toda tristeza y recomenzar un nuevo día con la sangre templada en tú mirada verde.

Qué sabe nadie si tus besos me supieron ha rebelión y tus manos suaves y curiosas desnudaron las manías.

Ahora ya no hay remedio para la felicidad que me une a este pasaisaje pasajero. Y la memoría cesa en la busqueda de los errores que cuando sonries me siento.

Volamos por un momento en el que todo quedó quieto, y en esa quietud supe que ya no te escondias de los fantasmas que pueblan tú mente.

Desgarrador tú relato y a la vez muy humano, pués se de los esfuerzos que hiciste en aquella vieja escuela.

Escuela que te enseño la vida de un color que no te mereces ya que cuando la niebla se esconde aflora la mas pura y fresca melodìa.

Te guardo para mañana el sabor de las madrugadas que desnudos y sedientos compartamos el deseo.

Y quiero querer la sombra que me dan los años para que cuando vuelvas encuentres de miel mis labios.

Feliz por tanta hermosura que llena mí herida oscura, que sé que cuando el sol cura regresas en pie.

Cuanto cariño sin ataduras, cuanta razón sin armaduras. Te llamaré fortuna pues no se me ocurre ninguna otra manera de saborear la hermosa casualidad que me trajo la sed.

Querida imaginación de oro que supo contar a su modo la historia de dos perdidos en un saberse prohibidos.

Y la lluvia quiso mojarnos las ideas en un intento de hacernos saber que aún crecemos.

Buscaré la respuesta a tú pregunta, y cuando la encuentre llamaré a esa puerta que dejas siempre entre abierta, y por fín te daras cuenta que ningun puñal compartido fue más verdad que las hojas que cayeron.

Entiendo la vida ahora que estás y decido arriesgar una vez más.

Que dure el tiempo que dure sin la hiriente mirada ajena, y aquí, escondidos, podremos dolernos hasta que todo muera.

Hasta que todo muera.

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